El vídeo es espeluznante. Pongo el enlace por si alguien quiere verlo por su cuenta y riesgo, pero me abstengo de colgarlo, como otras veces, no vaya a ser que… Una banda de jubilados tiene en jaque a la Policía del Puerto de Sagunto (Valencia) en su empeño de jugar a las cartas con dinero, algo que está terminantemente prohibido fuera de los locales autorizados. Los acusados, en su mayoría septuagenarios y octogenarios que se las saben todas, celebran partidas en las que cobran inscripciones de diez céntimos de euro. Se habla de duelos salvajes (o nosebleeds) de veinte céntimos, pero este extremo no ha podido ser confirmado. Ahora se enfrentan a una sanción de hasta 600.000 euros.
La asistencia a las partidas era casi multitudinaria hasta que se prohibió jugar con dinero. Fotos: Antena 3
Según informa Antena 3, los jubilados ya fueron multados en el año 2000 con 200.000 pesetas, pero esta gente tiene los mejores abogados detrás y recurrieron con éxito la sanción. Al final, la Generalitat de Valencia tuvo que devolverles el dinero «con intereses y todo», según afirmó uno de ellos con cierta retranca. En definitiva, la peña se rió del contribuyente.
Los jubilados, que practican un extraño juego con baraja española y unas normas diabólicas, que se han inventado ellos mismos aunque toma elementos prestados del bingo (ahí la SGAE también debería intervenir), pretenden sufragar los gastos de su peña con estas prácticas ilícitas. La prueba definitiva de que están enganchados al juego, a una edad de difícil recuperación, es que tras empezar a celebrarse las partidas sin dinero la mayoría han dejado de acudir a su asociación y prefieren incluso pasear a los nietos o visitar alguna obra.
Urge un estudio sobre los daños neuronales y de todo tipo que puede causar un juego que combina la baraja española y el bingo
Por otro lado, el presidente de la peña, Juan Jordán, confesó a un diario de Levante que el año pasado llegaron a donar 2.716 euros a Médicos Sin Fronteras, lo que hace sospechar que los ingresos totales son astronómicos y que muy probablemente estos veteranos del crimen necesitaban lavar sus conciencias.
Mientras la Policía permanece alerta por si vuelven las timbas con dinero, la Consejería de Hacienda estudia ponerles una sanción ejemplar. De algún modo hay que financiar el despilfarro. Estos señores, que en su mayoría han pasado una guerra, deberían saberlo mejor que nadie.
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