Minutos después de que la selección española de baloncesto hiciera un ejercicio de fe y resistencia digno de Rafa Nadal, el gran maestro David Antón demostraba su clase en la Copa del Mundo con una victoria contundente, con negras, contra Wei Yi. La joven promesa le saca casi 50 puntos Elo y está llamado a ser uno de los mejores del mundo. El Niño Antón, que tampoco ha abandonado todavía la categoría de joven promesa, sobrevivió en la primera ronda sufriendo, el sello de su generación, pero contra el chino sacó a relucir su clase.
Con enfrentamientos más equilibrados, las tablas fueron el resultado mayoritario. Los únicos que ganaron la primera partida de su duelo particular, además de Antón, fueron Karjakin, Tomashevsky, Duda, Mamedyarov, Sarin, Artemiev, Vachier-Lagrave, Aronian y Nisipeanu, quien dejó a Nakamura al borde del abismo. El ruso Yuffa tuvo a McShane contra las cuerdas, pero la sorpresa no se materializó. El primero no supo rematar un difícil final con dos alfiles frente al caballo de su enemigo.
Especialmente llamativa fue la victoria de Nihal Sarin sobre Eltaj Safarli. El joven indio interpretó la partitura española mucho mejor que su rival y sacrificó un caballo en el momento justo, para hacer saltar las defensas de las negras. La posición final de la imagen es instructiva: chicos, no se fijen solo en el material. Las piezas de las negras, aunque son más, hacen un trabajo estéril en la parte equivocada del tablero.
David Antón, por su parte, ganó su partida ante el verdugo de Miguel Santos con una suficiencia asombrosa. La frialdad siberiana de Khanty-Mansiysk le sienta bien. Esta vez fue una apertura italiana. En la jugada 30 el español ya estaba mejor, con su dama infiltrada entre las líneas enemigas. El intento de expulsión de Wei Yi fue contraproducente y a partir de ahí su desventaja fue a más.
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Ajedrez Federico Marín Bellónel