Hoy empieza en la ciudad noruega de Stavanger uno de los torneos de ajedrez más fuertes de la historia. La sexta edición del Altibox Norway Chess reúne a siete de los diez mejores grandes maestros del planeta, con el campeón Magnus Carlsen a la cabeza. La media de puntos Elo de los participantes es brutal: 2784. Todos ellos se enfrentan además a una nueva norma: no están permitidas las tablas.
Si una partida termina en empate, se juega otra con los mismos colores, pero bajo el formato Armagedón: una rápida en la que las negras tienen siete minutos y las blancas diez, pero con la obligación de ganar (hay además 3 segundos de incremento a partir de la jugada 61). Unas nuevas tablas le darían la victoria a su rival.
Este cambio supone además un nuevo sistema de puntuación. El ganador de una partida clásica se lleva dos puntos y el perdedor cero. En caso de tablas, el ganador por Armagedón consigue 1,5 puntos, y el perdedor, 0,5. Las partidas de desempate se jugarán después de un descanso de 15 o 20 minutos. Al principio, estaba estipulado que se jugarían una vez que hubieran terminado todos los duelos, pero Alexander Grischuk abogó por el cambio, en aras del espectáculo. Él mismo dio uno de los buenos durante la rueda de prensa, en la que recordó algunas de sus «experiencias Armagedón».
Como aperitivo, el lunes se jugó la competición de partidas rápidas (blitz, con tres minutos más dos segundos de incremento por jugada), en la que ganó con autoridad Maxime Vachier-Lagrave. El gran maestro francés se asienta como número uno del mundo en esta modalidad, la única que no domina Carlsen. El primero tiene 2947 puntos, por 2919 del noruego. Sorprendente fue también la gran actuación de Levon Aronian, que quedó segundo.
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