El ajedrez no es inmune a los virus y la cancelación en cascada de competiciones también es una constante en los tableros. La Federación Internacional (FIDE) decidió dar por terminado el último Mundial de Veteranos por países de forma precipitada, a falta de varias partidas, para cumplir con las medidas decretadas por la República Checa, sede del evento. El lunes, día 16, está prevista la ceremonia de inauguración de una de las dos grandes citas programadas para 2020. En la ciudad rusa de Ekaterimburgo debería empezar el Torneo de Candidatos, un clásico con siete décadas de tradición que sirve para decidir quién retará al campeón del mundo. Mientras, Silvio Danailov asegura que el torneo será suspendido «o algo peor» con una probabilidad del 99,99%.
El duelo por la corona contra Magnus Carlsen se espera para finales de año. En vísperas del Candidatos, que debería terminar el 3 de abril después de catorce rondas, la polémica sigue viva. El gran maestro azerí Teimour Radjabov decidió apearse hace unos días de la lucha, tras no lograr el aplazamiento deseado. La FIDE lo sustituyó rápido, no sin despachar el asunto con un «motivos personales» que no gustó nada al «desertor». Este alegó puro miedo al coronavirus y a la incertidumbre que se crearía si un entrenador, un árbitro o cualquier participante enferma durante el torneo.
El francés Maxime Vachier-Lagrave ocupará su lugar, pero aún quedan incógnitas por despejar, a cuatro días del comienzo de las partidas (día 17). De entrada, el estadounidense Fabiano Caruana, último retador de Carlsen, tuvo que dar algún rodeo para llegar a Rusia después de ver cómo le cancelaban un par de vuelos. El pasado viernes contó en Twitter que esperaba llegar a Moscú en dos horas, pero después no ha dado señales.
Muralla china
No mucho más fácil lo han tenido los dos participantes chinos, Ding Liren (número 2 del mundo) y Wang Hao (11). En cuanto se declaró la epidemia, Rusia echó el cerrojo a su larguísima frontera con el país vecino, de más de 4.000 kilómetros. Un visado especial les permitirá atravesarla. Otra cosa es el modo. Ding Liren vive no muy lejos de Wuham, epicentro del coronavirus, y ha sufrido medidas de aislamiento severas. A Wang Hao la crisis le pilló en Japón, y tuvo que viajar a Moscú sin pasar por casa, tras renunciar a un campamento con sus entrenadores y sin material de estudio. Él también apostaba por postergar la prueba. Susan Polgar ha declarado que el jugador le ha confirmado personalmente que había logrado llegar a la capital rusa.
Los otros cuatro elegidos para luchar en la capital de los Urales son el holandés Anish Giri y los rusos Ian Nepomniachtchi, Alexander Grischuk y Kirill Aleseenko. Este último, invitado por la organización rusa, parece casi el único sin opciones de triunfo, mientras que los principales favoritos son Caruana y Ding Liren, aunque casi ninguna victoria sería una sorpresa.
Durante el torneo se extremarán las medidas de precaución. Los participantes serán examinados para comprobar que no tienen síntomas y, según se desarrollen los acontecimientos, los espectadores podrán ser obligados a llevar máscara. Por una vez, además, no será obligatorio dar la mano al rival antes y después de las partidas. Con todo, los críticos arguyen que la FIDE juega con fuego. Nigel Short, vicepresidente, responde con humor y compara las trece víctimas mortales por la enfermedad con los 30.000 muertos anuales por accidentes de tráfico en Rusia. Se desconoce qué ocurriría si alguien amaga con estornudar en un deporte en el que, como dijo Nimzovich, la amenaza es más fuerte que la ejecución.
La mejor noticia es que, con todas las opciones buenas para seguirlo en directo, el encierro será más leve para los aficionados al ajedrez.
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