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Blogs El blog de Jorge Cachinero por Jorge Cachinero

Rusia, águila bicéfala con alas extendidas

Jorge Cachineroel

NB: Este artículo fue publicado anteriormente en El Economista.

El Economista, 22 de septiembre de 2025, p. 29.

El escudo de armas de la bandera de la Federación de Rusia representa un águila dorada de cabeza doble con sus alas extendidas, en cuyo centro se encuentra una imagen de San Jorge alanceando a un dragón.

Este escudo fue utilizado por primera vez por el zar Iván III Vasiljevic, en 1497, cuya esposa, Sofía Paleóloga, era descendiente de la última dinastía bizantina gobernante.

La simbología es triple.

Ivan III adoptó la cabeza doble del águila de un Sacro Imperio Romano Germánico en desintegración para declararse heredero de su parte oriental, Bizancio, legado de su esposa, al convertirse Rusia en la “Tercera Roma tras la caída de Constantinopla en 1453.

Catedral de San Basilio, construida en 1561 por Iván IV Vasiljevic ‘El Terrible’, Moscú, Rusia.

Las alas del águila bicéfala se extienden para representar la inmensidad y la unidad de Rusia, que enraíza y conecta sus lazos históricos tanto en Occidente como en Oriente.

San Jorge matando a un dragón con una lanza es una de las iconografías más antiguas que se utilizan por la cristiandad para mostrar la lucha entre el bien y el mal y el triunfo del primero sobre el segundo.

Rusia es una nación euroasiática, europea y asiática, a la vez, tautología que se enseñaba en los colegios y en las universidades españolas de los años 70 y de los años 80, respectivamente, solo con el despliegue de un mapa de Rusia sobre el encerado.

Ucrania y Europa están librando en estos momentos una guerra para imponer su narrativa con dos objetivos.

El primero es ocultar a sus poblaciones que han sido derrotadas y el segundo es enfrentar al presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald J. Trump (DJT), con Rusia o, al menos, acorralarlo hacia una posición de aceptación pasiva de los planes ucranianos y europeos.

Las potencias europeas, desde los tiempos del Imperio británico, y EE. UU., desde el final de la II Guerra Mundial, están decididos a destruir y a trocear la nación rusa, a pesar de su extensión inabarcable y de su carácter civilizacional.

Los rastros más recientes que esta idea alucinada dejó por escrito son los informes estadounidenses de RAND Corporation, 2019, y del Congreso de Representantes, 2022.

“Estresar y desequilibrar a Rusia”, Informe RAND Corporation, 2019.
Reunión de la Comisión Helsinki sobre la “descolonización de Rusia”, Congreso de Representantes, Washington, D.C., 21 de junio de 2022.

Esta es la razón última de la obstinación actual de Ucrania y de Europa para no aceptar ningún movimiento hacia una paz acordada.

Rusia quiere solucionar este conflicto abordando lo que se describe como sus causas fundamentales y que su presidente, Vladimir Putin, mencionó en el discurso del 14 de junio de 2024.

Las soluciones a dichas causas serían la adhesión a Rusia de Crimea, de Novorrósiya -Odesa, Nikoláyev, Jersón, Zaporiyia y Dnipró- y del Dombás, la creación de una zona desmilitarizada en Ucrania y la extirpación del nazismo en Kiev mediante nuevas elecciones.

Rusia propuso esto mismo en las cartas que envió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y al gobierno de Biden en diciembre de 2021, como parte del plan de Moscú de incorporarse al diseño nuevo de la arquitectura de seguridad europea.

Ni Biden, ni la OTAN se dignaron a responder a estas propuestas, lo que preludió el comienzo de la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania en febrero de 2022.

Rusia quiere que Europa despierte de su sueño secular de aniquilarla y que la OTAN abandone su proyecto provocativo de seguir expandiéndose hacia el este sin fin y de utilizar a Ucrania como plataforma para atacarla cinéticamente.

Este plan ha fracasado, como lo hicieron los anteriores del gobierno estadounidense de trocear Rusia tras la disolución de la Unión Soviética o el de subvertirla y destruirla cultural, económica y diplomáticamente durante los años de la Guerra Fría.

DJT y su campaña para “concluir la guerra en Ucrania son una oportunidad estratégica para Rusia, ya que aquel quiere que EE. UU. abandone el conflicto y que no pierda una guerra y que Europa le sustituya, mediante la fórmula Europa compra y EE. UU. suministra.

La cumbre de Alaska sirvió para que Moscú conociera cuánto DJT entiende realmente de esta guerra y hasta dónde está dispuesto a llegar, a pesar de que 4 horas de reunión y 1 hora de rueda de prensa previstas se quedaran en 2 horas y en 12 minutos, respectivamente.

Putin (i), Trump (d), base conjunta Elmendorf-Richardson, Anchorage, Alaska, EE. UU., 15 de agosto de 2025.

DJT escuchó a Putin directamente, al que le prometió la suspensión o el aplazamiento de acciones negativas contra Rusia, como sanciones, aunque el castigo a la India por comprar petróleo ruso no fue postpuesto.

No obstante, Rusia entendió de lo que DJT dijo a Putin que dichos retrasos no suponen crear estructuras que permitan continuar el proceso de paz, por lo que Moscú tendrá que terminar la guerra en el campo de batalla, lentamente, para limitar sus bajas.

Los movimientos que la Alianza Atlántica está haciendo para transformar en lagos OTAN los tres mares de los que Rusia es costera en su occidente, es decir, Ártico, Báltico y Negro, no son permisibles para esta porque condenarían su navegación libre a través de ellos.

Merz.

El que un canciller alemán amenace con bombardear en profundidad el territorio de Rusia o califique a su presidente de “criminal de guerra está agotando la paciencia de los dirigentes rusos.

 

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