Gustavo Petro y la “Paz Total” en Colombia

Gustavo Petro fue elegido presidente de la República de Colombia el 19 de junio de 2022.

Durante la campaña electoral, Petro anunció que, en caso de victoria, pondría en marcha una propuesta para cesar completamente el conflicto en Colombia, a través de una llamada “Paz Total”.

Entre los cinco elementos de esa proposición destacaron tres:

1. Iniciar las negociaciones con las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
2. Completar el trabajo inconcluso, tras el Acuerdo de Paz de 2016, con las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aplicando una política de distribución de tierras entre los ex miembros de esa guerrilla.
3. Negociar con las principales organizaciones del modelo de negocio del narco, de tal forma que se les permita saldar sus cuentas con la justicia y conservar hasta un 10% de las fortunas que han obtenido ilegalmente.

Sólo seis meses después, el 31 de diciembre de 2022, a través de su cuenta de Twitter, Petro hizo pública la tregua que se habría alcanzado entre el gobierno de Colombia y cinco grupos guerrilleros y terroristas, contra los que el Estado colombiano llevaba más de medio siglo enfrentándose por salvaguardar su poder político legítimo y por arrebatarles el control de la producción de cocaína para su erradicación.

Es razonable pensar, por tanto, que este plan estaba concebido y negociado con las guerrillas antes, incluso, de que se celebraran las elecciones de junio de 2022.

En su declaración de la pasada Nochevieja, Petro afirmó que el gobierno y los llamados Ejército de Liberación Nacional (ELN), Segunda Marquetalia, Estado Mayor Central, AGC y Autodefensas de la Sierra Nevada habían acordado un alto el fuego entre el 1 de enero y el 30 de junio, con una posibilidad de prórroga.

“Se trata de un acto audaz. El cese al fuego bilateral obliga a las organizaciones armadas y al Estado a respetarlo. Habrá un mecanismo de verificación nacional e internacional“, escribió Petro.

Cuando se pronuncia sobre las guerrillas colombianas o sobre el narco, a Gustavo Petro debe prestársele mucha atención porque, por su trayectoria personal, él podría ser considerado como un experto en ambas materias.

Petro, en 1977, a los 17 años, mientras estudiaba economía en la Universidad Externado de Bogotá, fue reclutado por el Movimiento 19 de abril (M-19), grupo guerrillero marxista, que, entre otras acciones, secuestró y asesinó a un líder sindical en 1976, asaltó un arsenal militar en Bogotá en 1979 y secuestró a los invitados a un cóctel en la embajada de la República Dominicana en Bogotá en 1980.

La operación más conocida del M-19 se llevó a cabo el 6 de noviembre de 1985.

En aquella fecha, un grupo del M-19 invadió el Palacio de Justicia de Bogotá, donde tomó decenas de rehenes.

En el posterior asalto militar al edificio murieron unas 100 personas, entre ellas, la mitad de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia de Colombia.

En 1985, con el imperio del cártel de Medellín en el punto más alto de su poder, su jefe, Pablo Escobar Gaviria, declaró la guerra contra el gobierno del presidente Belisario Betancur (1982-1986) debido a su política en favor de la extradición de líderes de los cárteles del narco a Estados Unidos (EE. UU.).

Jhon Jairo Velásquez, alias “Popeye”, el sicario más cercano al narcotraficante Escobar, reveló, en 2020, antes de morir, en una entrevista para la revista Semana, que el papel de Escobar en aquella ocupación del Palacio de Justicia fue indudable.

“Popeye” afirmó que su “patrón”, es decir, Escobar, sí financió al grupo guerrillero M-19 para que ejecutara aquel acto terrorista: “El financiamiento por parte de Pablo Emilio Escobar Gaviria y el cártel de Medellín a la toma del Palacio de Justicia es una realidad; nótese que no digo supuestamente”.

Se rumoreó, también, que Escobar financió la operación de la invasión del Palacio de Justicia para que los guerrilleros, una vez dentro, quemaran los documentos de los procesos que la Corte Suprema de Justicia tenía en curso contra el narco de Medellín.

El proceso de legalización del modelo de negocio del narco ha comenzado.

El sueño de Pablo Escobar podría hacerse realidad.