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Anatomía del ataque de Irán a Israel

Anatomía del ataque de Irán a Israel
Netanyahu (i), Khamenei (d).
Jorge Cachinero el

7 operativos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria IslámicaIslamic Revolucionary Guard Corps (IRGC), en inglés- de Irán fueron aniquilados el 1 de abril de 2024 en Damasco.

Zahedi.

El general Zahedi, comandante de las operaciones de la Fuerza Quds del IRGC en el Líbano y Siria, y su segundo, el general Hajriahimi, se encontraban reunidos con los responsables en esos dos países de esta organización en la capital siria y allí fueron terminados.

Zahedi y sus colegas eran mandos directos de los grupos terroristas, incluido Hezbollah, que forman parte del eje de la resistencia que Teherán ha creado, financiado, armado y entrenado durante las décadas pasadas en el Oriente Próximo.

Alguien debió pensar que no se debía dejar pasar esa oportunidad de descabezar a la Fuerza Quds en el Líbano y en Siria.

La respuesta de Irán se produjo la noche del 13 y la madrugada del 14 de abril de 2024.

320 misiles y Vehículos Aéreos No Tripulados (VANTs), o drones, cargados con 60 toneladas de explosivos, según fuentes israelíes y estadounidenses, o 110, según las iraníes, fueron lanzados desde Irán y, de forma simbólica, desde Yemen, el Líbano, Iraq y Siria, hacia Israel.

Los objetivos marcados, según los iraníes, fueron dos bases aéreas israelíes, Nevatim y Ramon, e instalaciones de la agencia de Inteligencia exterior israelí, Mossad, en Tel Aviv, porque desde ellas se planeó supuestamente aquel golpe del 1 de abril de 2024 en Damasco.

Los portavoces israelíes desmienten que esas bases aéreas hayan recibido el castigo que proclama Irán y que las instalaciones del Mossad hayan sido ni tan siquiera atacadas.

Esta agresión de Irán fue la primera que Teherán ha dirigido directamente desde su territorio contra el Estado de Israel, sin contar con las de sus apoderados regionales, varias décadas después de las de Saddam Hussein desde Iraq.

Israel no estuvo solo en su defensa, ya que las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (EE. UU.), del Reino Unido, de Francia y de Jordania, junto con sus estaciones de vigilancia respectivas, participaron en una operación combinada para derribar, sobre los cielos de Iraq, de Jordania o de Siria, la mayoría de los proyectiles, antes de que se aproximaran al espacio aéreo israelí.

Arabia Saudí reconoció días después que había sido parte de esa fuerza, lo que indica cuál es el estado de su acercamiento al régimen iraní, propiciado en 2023 por China, y la voluntad de Riad de continuar la normalización de sus relaciones con Israel.

Otros países árabes, cuyos nombres no se han hecho públicos, han podido participar en este ejercicio de defensa de Israel.

El resultado de esta alianza militar fue que el 99% de los proyectiles iraníes se derribaron antes de llegar a Israel, dónde, según los israelíes, sólo se produjeron 7 impactos, frente al 50% y los 15, respectivamente, de la versión iraní.

Fuentes estadounidenses, inglesas o rusas sostienen que Irán alertó de sus planes con 74 horas de antelación a EE. UU. -quien, a su vez, avisó a Israel y al resto de sus aliados-, con el objetivo de que se asumieran como una represalia controlada y no, como una escalada militar.

Biden y su equipo de asesores, sala de situación, Casa Blanca, 13 de abril de 2024.

Desde el departamento de Defensa de EE. UU. se ha filtrado que “se ha hecho mucho ruido por todas partes y los iraníes (nos) telegrafiaron su ataque” y desde fuentes militares rusas se ha dicho que ha habido “muchos fuegos artificiales, pero ningún daño real porque los iraníes hicieron saber que no irían más allá de esos fuegos de artificio”.

Irán atacó a Israel porque no podía evitarlo, por no mostrar debilidad, aunque su respuesta, según Teherán, debía estar delimitada por parámetros de autocontención.

Teherán decidió que su arremetida debía ser directa y no demasiado débil, aunque no podía ser demasiado fuerte para no hacer inevitable un ataque de represalia israelí, y, en el caso de que ésta ocurriera, para poder hacer culpable a Israel de la escalada subsiguiente.

La intención original de Irán no fue iniciar una guerra regional contra Israel, ni una global contra EE. UU. porque es consciente de que no sobreviviría a ninguna de las dos.

Teherán pensó que tenía un camino para la reacción y quería aprovechar la oportunidad para presumir de sus capacidades y de su fortaleza sin provocar un conflicto armado mayor.

La hora aproximada del asalto, las direcciones aproximadas de vuelo de los misiles y de los drones, la naturaleza de los objetivos seleccionados, todos ellos militares, y sus condiciones límite sobre una posible respuesta israelí se notificaron a todos los interesados.

Irán renunció a cualquier intento de lograr una sorpresa operativa y táctica y el intento de penetración frontal de la defensa aérea israelí se realizó en el momento prometido.

Las escaramuzas de los apoderados iraníes en la región tuvieron un carácter auxiliar limitado.

Irán es un actor racional y prudente y no dispone, por el momento, de una variedad grande de herramientas para enfrentarse a Israel, lo que despierta el interés por averiguar por qué Teherán ha actuado como si quisiera cambiar las reglas del juego en Oriente Próximo.

Al final, los IRGC han podido empujar al líder de Irán a responder tras la muerte de sus jefes.

Khamenei (d) pasa revista a las IRGC en una ceremonia de graduación, 2019.

Los mandatarios iraníes están satisfechos porque creen que han cambiado los términos de su relación con Israel, que estará obligado a pensarlo bien antes de atacar a Irán en el futuro.

Sin embargo, Irán está sorprendida por la participación de Jordania, de Arabia Saudí y de otros países árabes del lado de Israel, de EE. UU. y de sus aliados occidentales y, ahora, empieza a ser consciente del fracaso político y diplomático de su decisión.

Queda por resolver la incógnita sobre si el ataque contra el complejo diplomático iraní en Damasco fue una trampa en la que Irán habría caído para que, tras su reacción, se justifique un ataque directo de Israel contra las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Irán.

 

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