Hace un par de días, la Federación Española de Municipios y Provincias emitía una nota sobre la transformación futura de los Juzgados de Paz en “Oficinas de Justicia” en el municipio. En su cuenta de Twitter llamaban a eso “Tribunal de Instancia”.
Se daba la información tras la reunión entre el ministro de Justicia y el presidente de la FEMP, Abel Caballero.
Las palabras mágicas relacionadas con la noticia son Justicia 2030 (fecha horizonte, fecha ideal de todas las transformaciones) y cogobernanza. Que los municipios participen en la cogobernanza en asuntos judiciales. ¿Qué tiene que hacer un ayuntamiento en la justicia que no se sea un asunto puramente infraestructural?
Esta noticia permite pensar que se trasformarán los Juzgados de Paz. El juez de paz existe en cada municipio sin juzgado de 1ª Instancia e Instrucción hay unos 7500 en España, y lo elige el pleno de la corporación municipal. Su elección por tanto, es política.
Luego está el asunto de su cualificación. Siempre fue una figura de ascendiente, pero la LOPJ sólo exige lo siguiente: “Podrán ser nombrados Jueces de Paz, tanto titular como sustituto, quienes, aún no siendo licenciados en Derecho, reúnan los requisitos establecidos en esta Ley para el ingreso en la Carrera Judicial, y no estén incursos en ninguna de las causas de incapacidad o de incompatibilidad previstas para el desempeño de las funciones judiciales, a excepción del ejercicio de actividades profesionales o mercantiles”.
Si se va a crear algo que se llame Oficina de Justicia o Tribunal de Instancia, quizás se vean afectadas sus competencias, y entonces la figura del juez de Paz, una figura tradicional, reconocida, deberá transformarse. Lo exigirían su ausencia de cualificación y la influencia política en su nombramiento.
Como el anuncio lo dio el socialista Abel Caballero, un iluminador sistemático y hasta un poquito megalómano, sirva esta pequeña nota para poner una lucecilla roja, o como mínimo ámbar, sobre este proyecto de “modernización” que bien está, pero que puede mezclar, valiéndose del prestigio de la palabra gobernanza, lo estrictamente judicial con lo político a nivel municipal. Sería muy fácil hacer una caricatura sobre esos Tribunales de Instancia a nivel municipal, pero sin necesidad de hacerlo, sí resulta llamativa esta transformación, con colaboración municipal, del antiguo juzgado de Paz en otra cosa bien distinta: el Tribunal de Instancia.
La instancia, una instancia judicial, requiere un juez, alguien cualificado. De lo contrario estaría afectándose el derecho a una tutela judicial efectiva. La llevanza del Registro civil también es un asunto importantísimo. En su realización o apunte puede intervenir el juzgado de paz, pero es demasiado importante como para que nada definitivo se vea tocado o influido por la esfera política municipal.