hughes el 27 may, 2015 El revuelo con la propuesta de Aguirre me ha hecho pensar. Se me ha disparado el Analista Político que llevo dentro -prometo no escribir “multipartito”- y he llegado a la conclusión de que, sin ser una aportación que pase a los libros de historia, tampoco es para tanto. Estoy ante la final del Sevilla, pero antes de ponerme el himno del Arrebato, algunas, digamos, consideraciones. Un poquito de “analís”: 1) La propuesta de Aguirre es el zarpazo de un animal político moribundo. Pirueta final, carácter, oportunismo. Hay que reconocer esa naturaleza. Algún elemento de vida en su partido. 2) La propuesta de un pacto contra Podemos es tan lícita o no como las propuestas de pactos para “desalojar al PP de las instituciones”. 3) Las exageraciones de Aguirre sobre el carácter no democrático de Podemos, formuladas de un modo no precisamente feliz, tampoco están del todo desencaminadas. Podemos y aledaños se han manifestado repetidamente fuera del 78. Yo sigo sin tener claro su respeto absoluto a la propiedad. Lo primero que hizo Carmena, sin ser aún alcaldesa, fue declarar que nos traía la democracia y reunirse con jueces para consensuar una forma de aplicar (o no) la ley. Esta reunión alcaldía-poder judicial revela una falta de respeto absoluta por la separación de poderes y una extravagante manera de entender las instituciones. Hay en Podemos, además, un constante coqueteo con el imaginario comunista, la república y el entendimiento maniqueo y primario del mundo. “Podemos es el heredero de la tradición totalitaria y caudillista española”. No lo dijo Aguirre, lo dijo horas antes Félix de Azúa en El País. Esperanza lo expresa con el habitual maximalismo absurdo y tremendista de la derecha tremendista, pero no es nada totalmente descabellado. 4) La propuesta de Aguirre tiene un efecto serio en el PSOE. Ha desvelado la peligrosa situación de ese partido. Si se va con el PP a cumplir su papel de “casta” es malo; si no lo hace, aparece ya como una fuerza imantada por Podemos. De hecho, el no, no, no, de Luenga (no sé si el apellido es realmente Luenga, se me olvidan los apellidos emergentes) tiene el efecto inmediato de convertir al PSOE en un satélite de Podemos, fuerza sentimental del izquierdista. Con IU fagocitada, lo del PSOE parece cuestión de meses. 5) La histeria contra Esperanza en las redes sociales y en algunos medios ha sido sorprendente. ¿Acaso fue mejor el tono utilizado por Iglesias en campaña? Estos ciudadanos viven su segunda transición y están como si hubieran tomado speed democrático. Con la ideología difusa del cambio, el votante de Podemos vive una efervescencia envidiable. Yo al menos lo envidio, debe de ser como vivir en los 70. Como la canción: “Te has quedado en el 73 con Bowie y T-Rex”. Pero tan cargados de razón están que olvidan que las propuestas de Esperanza son tan disparatadas como las de sus líderes y lideresas. actualidad Comentarios hughes el 27 may, 2015