Los comentaristas

Los comentaristas de las noticias de internet tienen mala fama. Me refiero a ese submundo de comentarios debajo de las noticias de los medios digitales. Siempre que alguien se refiere a la ignorancia, la falta de mesura, la ignominia o el abuso del internauta parece que está hablando de ellos. A mí, sin embargo, me producen una sensación de tranquilidad. Cuando leo una noticia (o más bien, veo una noticia, porque en internet se debería usar un verbo entre ver y leer, una cosa intermedia… Porque se mira distinto. Es decir, se mira físicamente diferente. El otro día cuando Esperanza Aguirre se puso las Google glasses tenía una cara un poco, como diría, biónica. Pues así miramos, con una cara como de bebedores computacionales, con esos ojos voraces y fríos, algo distanciados), decía que cuando leo una noticia y compruebo que tiene comentarios me da como un suspirillo interno de tranquilidad. El comentarista, por intemperante que sea, comenta una noticia y asume una estructura, o una tecnología, que lo deja por debajo, en pequeñito, al hilo de una noticia. Qué bonito esto de “al hilo de”. Esa expresión es pre-internet, pero parece pensada para internet. Al hilo de. Pues eso, al hilo de la noticia, comentan y se enzarzan las personas y se organizan trifulcas absurdas. Pero aun cuando esos comentarios acaban en derroteros que nada tienen que ver con la noticia (a veces, ni con la razón misma), su organización subordinada parece aceptar una jerarquía que por antigua creemos dominada. Cuando escribimos en esos lugares honramos un poco el binomio autor-lector y además invocamos (de un modo tan ingenuo que es bonito, por mucha barbaridad que exprese) una especie de diálogo entre los dos. En otros lugares ya se trata la noticia, el texto, con prepotencia, desde un orden de posición distinto. Se manipula. Se redirige. Sin embargo, en esas catacumbas del despelleje, tan desprestigiadas, parece que todavía sobrevive un orden antiguo. A mí, ya digo, aunque estuvieran haciéndose una barbacoa con el derecho al honor, me dan una sensación muy grande de paz.