Gema Lendoiro el 14 abr, 2014 Con sobrepeso, con legañas, sin peinar, sin pintar, en chándal y sin depilar. Así es como pintan algunas la maternidad de verdad. Vale, es cierto, a veces te pasas una semana en chándal peeeeeeeeeero es que acabas de parir hace un par de semanas y la vida ahí afuera se conjuga a menos diez. Vale, es normal. O no. Es que en esto de la maternidad, a ver si nos enteramos, no hay normas idénticas ni para los niños ni para las madres. No sé si será la crisis que hace que muchas mujeres no trabajen y tengan un poco más de tiempo ( en casa el twitter y facebook es de libre acceso y horario no restringido) A lo mejor es el boom de las nuevas tecnologías que hacen que, escondidas en un avatar, muchas se atreven a decir lo que no harían tomando un café cara a cara. El caso es que la maternidad se ha puesto como nueva modalidad olímpica y algunos expertos barajan ya la futura selección española de madres. Al tiempo. El caso es que hoy quiero hablar de las famosas que dan a luz (o las someten a una cesárea porque para determinado grupo de madres olímpicas eso no es dar a luz) y que salen por la puerta de la clínica tan panchas y son objeto de duras críticas en las redes. Por madres pluscuamperfectos sentadas con la bata de guatiné y los rulos al otro lado del ordenador. Es caricatura, no se me enfaden, por favor. ¿Es usted de pueblo? ¿no? No sabe lo que se ha perdido. ¿Sí? Bien, pues visualice a la vieja cotilla sentada en la acera en la silla de plástico naranja de Trina, cerrándose la chaqueta cruzada y soltando el consabido: -“A mí no me gusta hablar peeeeeeeeeeero…” Pues ahora se la llevan a la vieja (y a la silla) a la versión 2.0 y ahí tendrá los comentarios malignos sobre los ajustados vaqueros de la famosa de turno. ¿Recuerdan ustedes que Elsa Pataky dio a luz a gemelos (o mellizos, no lo sé) hace 3 semanas y que acaba de salir en una revista (o en todas) en minishorts y sin rastro de grasa ni embarazo? Pues a la yugular. Obviamente los comentarios siempre van por en la misma línea. -Hombre, es que estas se hacen siempre antes de salir del hospital una liposucción (suelen tener una prima que trabaja en la administración, aunque sea el Cedar´s Sinaí de LA, que se lo corrobora) -Claro, es que teniendo cuatro chachas yo también estaría así. Se deben de pensar que las señoras del servicio se comen tu comida y a ti te toca pasar hambre. Anda que no ha dado la farándula y la jet set gloriosas gorditas. Miren ustedes a Caritina Goyanes, sin ir más lejos. -Hombre, yo con entrenador personal también estaría así. Pues nada, nena, descárgate una app (que seguro que alguna hay) y a correr a las 7 de la mañana al Retiro o al parque que te pille más cerca porque para correr no hace falta tener personal trainer, lo que hace falta son ganas y mucha fuerza de voluntad. Elsa ha contado en su blog las razones por las que está de nuevo en su pesos. Os resumo: –Porque siempre ha hecho ejercicio. Y el cuerpo tiene memoria. -Porque come sano y bien. Elsa es macrobiótica. No toma pan ni jartá de vino. Ni chorizo, ni bollos, ni churros, ni una caja de campurrianas porque el niño no le come. -Elsa es de constitución muy delgada. Y más le vale porque no llega al 1,60cm. Y…tatatacháaaaaaaaaaan, Elsa da el pecho a sus mellizos lo que, por consiguiente, le trae dos cosas: 1) Es una supermegamadraza que se librará ya de las críticas de buena parte de mujeres on line porque dando el pecho se explica todo el peso que ha bajado. 2) Quema a razón de 1000 calorías diarias sólo por el gesto de amamantar. Y, oigan, encima le da el pecho a la mayor, duermen los 5 juntos y no usan carro. Con lo cual, Elsa, por suerte para ella, se va a librar de las críticas de la mitad de la mitad por esos hechos que, francamente, no dejan de ser opciones muy personales. Pero si a Elsa se le hubiera ocurrido posar en Hola con los biberones y con ese tipazo se hubiera enterado la muchacha de lo que vale un peine. He de reconocer que como tuve a mis hijas a finales de septiembre y en noviembre respectivamente, me gustó mucho eso de quedarme calentita en casa la mayor parte del tiempo. Yo soy como los osos y a mí me va hibernar. Eso sí, en cuanto sale el sol en casa no me pillas antes de que anochezca. Por lo tanto si hubiera parido con sol y calor, como Elsa Pataky, hubiera puesto mi cuerpo serrano en la calle, toda mona y arreglada mucho antes. Hay una corriente entre mística y rara dentro de la maternidad con mucho mucho apego que indica que la madre no se arregla. Así como los nacionalistas de la kale borroka llevan el pelo con sus características, otra corriente de maternales madres (yo no miro para nadie, oiga) parece que llevan a gala que ser una buenísima madre lleva implícito no arreglarse. Que no tienen tiempo. A lo mejor, digo, presupongo (igual que ellas las liposuciones de las famosas) lo que no tienen es ganas y la excusa es la maternidad. No lo sé. Ahí lo dejo. Resumiendo. Que yo he sido también recién parida, he dado el pecho y me ha dado muuuuuuucha hambre. Que sí, que dar el pecho da hambre pero no engorda. Lo que engorda son los bollos que te zampas con la excusa de que estás criando. Esa excusa la he puesto yo y por eso sé que no cuela. Si en lugar de un bocadillo de chorizo te sirves un plato de lentejas o un plato de judías verdes, notarás la diferencia. Dar el pecho quema calorías y favorece, además, ayuda a recuperar la barriga plana después de dar a luz. El útero vuelve más rápido a su tamaño (otra razón más, estupenda para dar pecho, preferiblemente más de seis meses) Que no arreglarte porque acabas de tener un hijo puede servir unos días pero no cuando el niño ya dice: mamá, quiero más sopa. Así que si no te arreglas no pongas la excusa de los niños que no cuela. Es mucho más creíble decir la verdad tipo: paso de todo, no me apetece ná arreglarme. Yo ya me quedo instalada en el chándal hasta que los niños me hagan la primera comunión. Piensa que al menos ahora no se llevan las gomas de pelo con flor de gitana como en los noventa y de buena te has librado optando por no arreglarte. Mar Saura, Mar Flores, Paz Vega , Vanessa Lorenzo, Amaia Salamanca… y un sinfín de mujeres tocadas por las hadas para ajustar el culo en la 36 al salir del Ruber miradas de reojo porque no salen con barriga de cinco meses como nos pasa a la mayoría. Sólo son delgadas, hacen verdaderos esfuerzos por no caer en el mundo del choped (del que tú y yo somos adictas, confiésalo) hacen ejercicio mientras tú y yo estamos debatiendo esto en facebook y, sobre todo, es que están delgadas por naturaleza. Por mucho que a otras eso nos reviente. Grrrrrrr. Por cierto, miren a Mar Flores, recién parida (parto natural que ella mismita me lo ha contado) a los dos días de tener lo mellizos, con taconazo, falda ajustada a la cintura y con ellos dos en brazos (aunque lo no parezca en ese saquito que sostiene Mar hay dos bebés) ¿Qué? ¿Cómo se les queda el cuerpo? Pues es que son así de delgadas. Y además se cuidan un huevo. Oigan que para eso hace falta tener una voluntad de hierro. Que yo un día desayuné con Mar y mientras yo me tomaba los pettit croissant y café con azúcar, ella se tomó un té a palo seco. Sin ná. Pues eso, que no habrá paz para las delgadas. Dejad en paz a la pobre Elsa (y a otras) que ya bastante tiene la pobre con tener que dormir con Thor. Será cabrona. Mira por ahí sí que la critico. Pero de la cochina envidia que me da. Y también porque tiene toda la fuerza de voluntad de la que yo carezco para no comer lo que sé que me engorda. Quizás por eso nunca me cabrá el culo en la talla 36. Puedes seguirme en facebook, en linkedin y en twitter Sin categoría Tags Elsa Pataky recupera su figura después de dar a luz Comentarios Gema Lendoiro el 14 abr, 2014