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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Zaragoza, la Expo y la cerveza

Carlos Maribonael



Lo normal es que este post lo dedicara a la polémica entre Santi Santamaría y el resto de cocineros españoles. Pero sobre ese tema ya han tenido ustedes bastante información y debate en el post anterior, y aún pueden ampliarla en ABC.es. Además, Santamaría estará el lunes en Madrid para cenar con periodistas y ahí tendremos ocasión de explayarnos de nuevo. Así que me van a permitir que hoy les hable de Zaragoza, de la Expo y de una cerveza centenaria que se sigue elaborando en la capital aragonesa y que es, hoy por hoy, una de las grandes marcas españolas de esta bebida.


Zaragoza ya tiene en puertas su Exposición Internacional dedicada al agua y que se inaugurará el 14 de junio. Como siempre ocurre en estos casos (recuerdo bien la Expo de Sevilla), al pasar por el recinto da la sensación de que es imposible de que se cumplan los plazos tal como están las obras. Pero seguro que el día 14 todo estará a punto. O casi. España es así.


Coincidiendo con la Expo, una empresa centenaria de la ciudad, La Zaragozana, ha emprendido un plan de promoción de la cerveza que cuenta con el apoyo institucional y de todas las asociaciones profesionales del sector de la hostelería bajo el lema ‘Zaragoza, capital de la cerveza’. A este respecto me ha parecido ingenioso un gran anuncio de esta fábrica de cervezas, situado en la entrada de la ciudad, que dice: ‘Venís por el agua, volveréis por la cerveza’.


La Zaragozana vende sus cervezas bajo la marca Ámbar, y la verdad es que en general tienen todas mucha calidad. Hay dos que me gustan especialmente, la 1900 y la negra, que es la mejor de cuantas españolas he probado. Creo que hay que apoyar a estas empresas familiares que mantienen las tradiciones con el paso del tiempo y defienden su mercado frente a la invasión de las multinacionales.


Para promocionar la cerveza y apoyar la Expo, La Zaragozana, empresa muy implicada con la ciudad, ha dado cursos a los profesionales de bares y cafeterías para aprender a tirar bien la cerveza, un arte que va desapareciendo. Ha puesto en marcha un certamen gastronómico en el que participan los principales restaurantes de la ciudad con platos elaborados con cerveza que ofrecerán durante los tres meses de la Expo. Ha puesto en marcha un curioso omnibús tirado por caballos percherones ingleses para trasladar a visitantes de la Expo a los restaurantes zaragozanos (no es el de la foto, este es un carro de los que llevaban toneles de cerveza). Y además lanza una cerveza sin gluten para los celíacos que visiten la Exposición. Un esfuerzo importante para conseguir que Zaragoza sea reconocida ‘como la ciudad donde se fabrican y se beben las mejores cervezas de España por variedad, servicio y calidad de las mismas’.


He tenido ocasión de visitar la fábrica, situada en el centro de Zaragoza. Un auténtico museo de la cerveza donde se sigue elaborando de forma casi artesanal y que está abierto al público. Si van a ir a la Expo no dejen de visitarlo. Se trata de un recorrido muy interesante en el que se aprende mucho sobre esta bebida cuyos ingredientes son cebada malteada, levadura, lúpulo y agua.


Durante la visita pudimos comer con los responsables de la fábrica. Un menú servido por el restaurante EL CACHIRULO y acompañado, lógicamente, con diversas cervezas. Estaba bueno un arroz de las Cinco Villas con borrajas y almejas (maridado con Marlen, una cerveza estilo Dortmunder de 5,8º); mal un rodaballo totalmente pasado de punto, con una salsa de berberechos anticuada de concepto y un ravioli de vieira insípido (con cerveza Ámbar 1900, tipo Pale Ale, 4,8º); y sabroso un carré de cordero con unas judías verdes al vapor muy tiernas (con Ámbar Export, una lager tostada de tres maltas y doble fermentación, 7º). Postre flojísimo, anunciado como coulant de chocolate cuando era casi un brownie. Lo salvaba la cerveza Ámbar Negra, que como les digo me parece la mejor de cuantas de este tipo se elaboran en España.


Y ya que hablamos de cerveza, excelente la Pilsner Urquell checa, considerada como una de las mejores del mundo, que hemos tomado esta noche en un menú de cocina checa que se servirá hasta el domingo en el restaurante Midnight Rose del hotel ME Madrid. Lo elabora el cocinero Jan Pipal, del Gran Hotel Pupp, de la ciudad balneario de Karlovy Vary. Cuesta 38 euros. Lo mejor, además de la cerveza, la sopa de col con salchichas y crema agria, muy especiada, de sabor potente. El resto de platos con menos interés. Patés y quesos checos como aperitivos; solomillo asado con salsa, arándanos y unos buñuelos bastante insípidos; y de postre una especie de blinis gruesos con nata y más arándanos.

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