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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Precios disparatados

Carlos Maribona el


Supongo que algunos de ustedes leyeron mi crítica del pasado viernes en la Guía de Madrid, que titulaba ‘Todo tiene un límite’. El restaurante comentado se llama ADOC y la verdad es que se trata del mejor ejemplo de que todo tiene un límite. Nada menos que una factura de 218 euros por dos menús degustación (con bastantes fallos, sobre todo de concepto), dos cervezas de aperitivo y dos cafés. Y para beber un Seis de Azul y Garanza navarro (los precios de los vinos en su carta, un escándalo). Con el menú nos cobraron aparte hasta el pan. Yo decía en esa crítica que se pueden pagar facturas de esa cantidad en lugares excepcionales que conjugan instalación, servicio y cocina de calidad, pero no en cualquier sitio.

Y eso nos retrotrae a un post que publiqué en este blog en septiembre en el que me preguntaba, y sigo preguntándome, ¿son caros los restaurantes en España? Ya sé que algunos me dirán que en Londres y algunas otras ciudades europeas los restaurantes son más caros. Pero el nivel de vida en España (Madrid y Barcelona por poner dos ejemplos) no es el de Gran Bretaña ni el de otros países. En cualquier caso, cuando hablamos de precios altos no nos referimos a los de los grandes restaurantes, cuya factura final es muy inferior a los de sus homónimos europeos. Que el restaurante más caro de Madrid, por poner un ejemplo, nos cueste por persona (siempre en función del vino) poco más de 120 euros se puede considerar razonable. Lo malo está en esa legión de establecimientos mediocres en los que nunca nos cobran menos de 80 euros por comer regular (incluso mal), por tirarnos las cosas en la mesa (el problema del servicio en nuestra hostelería también tiene un comentario), por servirnos vino caliente y mal conservado y por mirarnos por encima del hombro. Y ahí sí que podemos decir que los precios son caros.

Es el momento de recuperar la propuesta de uno de nuestros más fieles blogueros y elaborar una lista de lo que él llama ‘blog gourmand’. Me gustaría que en este blog hagamos las dos cosas, denunciar los abusos (y dar los nombres de los que abusan), y elaborar una lista de sitios donde se come todavía a un precio razonable teniendo en cuenta la calidad de la cocina, el servicio y los detalles. Ustedes tienen la palabra.

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