El marianismo es el material más resistente de España. Con mucha paciencia, mucha inteligencia, y un sentido del humor que mucha gente no aprecia, pero que está en todo lo que dice, ayer el presidente Rajoy consiguió salvar no sólo su presidencia sino el sistema de libertades del que nos dotamos en la Transición, y que ha estado en los últimos años, y en los ultimísimos sondeos, en peligro.
Después de tanto insultarle, después de darle tantas veces por muerto, y después de poner en duda de un modo tan categórico que fuera capaz de nada, creo que ha llegado la hora, la hora justa y exacta, de agradecerle al presidente que nos haya sacado de la crisis; que en todo haya sudo moderado; que no haya buscado la confrontación; y que nos haya ayudado de un modo tan eficaz y valioso a empezarnos a librar de la lacra política y moral del populismo.
Los que tanto han despreciado a Rajoy no eran mejores que él, ni sabían de política más que él, ni en su pretendida superioridad moral tenemos nada concreto que agradecerles.
Nunca me ha gustado la hipocresía de tantos periodistas de no explicar a quién votan. Yo creo que los oyentes y los lectores merecen saberlo. Yo voté al presidente, y cuando el escrutinio confirmó el esperanzador resultado, pensé en mi hija, y en el mundo que voy a dejarle. Y aunque la turba se enfade, no lo duden ni un instante: votar a la derecha es algo más importante que una opción ideológica. Es ser un buen padre.
Otros temas Salvador Sostresel