Ester Quintana es muy famosa en Cataluña por ser una mujer que perdió un ojo al acudir a una de las violentas manifestaciones de la Huelga General del 14 de noviembre de 2012. Ella dice que fue como consecuencia del disparo de una bala de goma de los Mossos d’Esquadra y ha dedicado los últimos tres años de su vida, y de la nuestra, a hacer una extravagante campaña en contra de que la policía use este tipo de argumentos para dispersar a los violentos.
Ester Quintana es Cataluña. Ester Quintana es la metáfora de una Cataluña inconsistente, infantil e inmadura que no quiere asumir las consecuencias de sus actos.
A nadie le deseo que pierda un ojo ni ninguna otra parte de su cuerpo. Pero en democracia, y en una democracia tan garantista como la nuestra, con tantos cauces cívicos para expresar el descontento, una huelga es siempre un chantaje, las manifestaciones son el chantaje al cuadrado y participar en actos en los que se ataca a la policía, porque en este tipo de huelgas siempre se acaba atacando a la policía, todo el mundo ha de saber que tiene sus riesgos. En una democracia, el patrimonio de la violencia lo tiene la policía, y atacar a un policía es atacar a la democracia entera, y está loco quien crea que no obtendrá una dolorosa respuesta.
Ester Quintana ha convertido su ojo extraviado en un exhibicionismo obsceno, en un panfleto, en la siniestra propaganda de los peores vicios del pensamiento débil. Ayer fue indemnizada con un 261.000 euros, no para darle la razón sino para que no diera tanta lástima, pero ya ha advertido que su lucha continúa porque su ojo no tiene precio. Bien, quiero aclarar en este punto que pongo en duda esto del precio, porque en cualquier caso Ester Quintana no ha anunciado que vaya a devolver el dinero.
Hay una Cataluña Ester Quintana, igualmente tuerta en su visión del mundo, que cree que sus desafíos le van a salir gratis. Hay una muy catalana épica del tebeo que está cerca de descubrir hasta qué punto el Estado es un asunto serio y no lo que ellos quieren creer.
Hay una Cataluña que no entiende que cuando la Policía dispara, dispara la democracia; que cuando la Ley castiga, castiga la democracia; y que cuando desafías a un Estado, lo normal es que te acabe saliendo por un ojo de la cara.
Otros temas Salvador Sostresel