El ayuntamiento de Barcelona quiere que sólo podamos tomar los taxis en las paradas porque dice que pararlos al modo burgués, es decir, donde nos da la gana, contamina mucho y entorpece el tráfico.
A Ada Colau no le molesta el taxi ni lo que pueda contaminar. A Ada Colau le molestamos nosotros, los que vamos en taxi. Le molesta nuestro modo de vida libre, nuestros días apacibles, y que tengamos servicio a nuestra disposición para lo que nos haga falta.
A Ada Colau le molesta la vida burguesa, la Navidad, la prosperidad, que la vida brille con todo su esplendor, porque en su mezcla de resentimiento social y de escasa inteligencia, cree que las cosas le van mal por culpa de los demás y no por su falta de audacia.
Por eso, por eso no le gusta a la señora Colau que encontremos taxis dónde y cuándo les necesitamos. Porque su vida ha sido un permanente no llegar nunca a ninguna parte y le da rabia que nosotros paremos al taxi cuando salimos del club y podamos llegar a la hora al restaurante.
Puede, señora alcaldesa, destrozarnos la Diagonal y escondernos los taxis. Puede subirnos los impuestos e intentarnos acortar la iluminación de la Navidad. Pero sepa que nunca podrá con nosotros. Porque somos la derecha, porque somos la alegría, porque somos la libertad. Porque tenemos talento, imaginación y nuestro dinero a buen recaudo, y no nos lo acabará. Y téngalo usted muy claro, si no encuentro taxi me compraré un chófer, y un chófer no que lleve coche sino que lleve tanque, y que lleve grandes carteles en el exterior que digan: “la derecha soy yo, y piense que por mucho menos me he llevado a mucha gente por delante”.
Otros temas Salvador Sostresel