La más gorda y cínica mentira de la España contemporánea es que tengamos un 20 por ciento de paro. Es absolutamente falso.
Faltan camareros, faltan dependientes, faltan domésticas nacionales. Faltan personas con ganas de trabajar y capacidad de sacrificio. Si tan severo fuera nuestro paro, no habría tanto holgazán, tanto irresponsable con sus bajas fraudulentas y sus días personales.
En España ni hay ni ha habido un 20 por ciento de paro. Puede haber un 20 por cierto de vagos que no quieren trabajar y por su propia decisión no hacen nada. Nada de nada. Ningún trabajo les parece el adecuado, ningún sueldo suficiente. Viven de sus padres, de sus hijos o del Estado, que somos todos los demás, y encima nos insultan, en lugar de darnos las gracias. ¡Éstos no pueden contar como parados! ¡No son parados! ¡Son unos payasos!
En España hay más trabajo que ganas de trabajar, más restaurantes a la espera de un camarero válido que jóvenes dispuestos a aprender el oficio y a trabajar las horas que haga falta. Todos son muy exigentes a la hora de hablar de su sueldo; mucho menos, dramáticamente mucho menos exigentes que a la hora de bajar a ganárselo. Nos gusta más quejarnos que esforzarnos, buscar argucias para no trabajar que crecer en el reto de hacer algo de provecho y ser mejores.
El paro en España es otra excusa de los que siempre buscan excusas y nunca ofrecen nada. El paro en España es la enésima cursilería de la corrección política. No niego que haya casos desesperados, pero son concretos y en modo alguno generalizados. Lo generalizado es lo de siempre en España, con los de siempre burlándose del sistema que creamos para protegerles, sin ser conscientes de hasta qué punto necesitan lo que más critican.
En nuestro país, ser un gandul tiene premio, el premio de una vida regalada. Vivimos tan bien que ni los idiotas se mueren de hambre, siempre subvencionados. Si eres un jeta, el mundo es tuyo en España. Y si gobierna el PP, hasta puedes hacerse la víctima y el indignado, y ensuciar las plazas en nombre de una justicia social que tú eres el primero que retuerces, pisoteas y trituras con tu escandalosa vagancia paniaguada y con tu infinita cara dura.
Otros temas Salvador Sostresel