Hoy es el día de la mujer trabajadora. Me parece muy bien que cada cual haga lo que quiera, pero pienso que trabajar fuera de casa no os ha hecho más felices. Siempre he hallado estúpida la idea feminista de que un trabajo profesional realiza más que ser ama de casa. El lavaplatos ha hecho mucho más por la verdadera liberación de la mujer que los libros, tan tediosos, de Simone de Beauvoir.
Hoy es el día de la mujer trabajadora. Creo que el adjetivo es insultante. Sobre todo para tantas mujeres que llevan su casa y su familia, y hacen de este mundo el espacio maravilloso en el que tanto nos gusta vivir. ¿Es que ellas no trabajan? ¿Es que ellas no prestan un magnífico servicio a la sociedad? ¿Qué significa exactamente ser una mujer trabajadora? Hay que vivir en el arrastre para que los “días de” no te parezcan humillantes.
No existe la mujer trabajadora porque no existe la mujer que no trabaja, salvo algunas ricas que pueden pasarse el día de compras o en el gimnasio: lo que, por cierto, a la larga también es trabajoso, no se crean. Es mucho más cansado ser rica que ser pobre.
Estos akelarres del feminismo no tienen ningún sentido. Ni hombres ni mujeres somos iguales, ni es un deseo razonable que lo seamos. El día de la mujer trabajadora es un pretexto para que las feministas saquen de paseo a sus plañideras. Bueno, puede que les funcione con su público más histérico, pero las mujeres realmente importantes, y realmente inteligentes, no van ni a enterarse, precisamente porque están haciendo su trabajo, en casa o en la oficina, sin nada concreto que celebrar.
Otros temas Salvador Sostresel