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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Bebamos, bebamos

Salvador Sostresel

Monocrom

Cocina: 8; bodega: 10
Sala: 7
Servicio: intercambiables, 6. Janina: 11.

Plaza Cardona, 4
935 167 302
08006

Monocrom demuestra que toda modestia es falsa. Queremos mucho a Monocrom y a Janina y Xavi Rutia, sus autores y dueños. Los vinos son el texto y la comida lo que subyace o así era hasta que llegaron Alex López y Adrià Moreno para situar la cocina clásica catalana en el nivel que merece. Cuatro joyas deslumbrantes: los macarrones, las croquetas, las lentejas y el paté de cerdo.

Pero sí, los vinos son todavía el corazón de Monocrom, el alma, y beber es un viaje si te dejas llevar por Janina y Xavi. Algún día dejaremos de comer y ya sólo beberemos vino y hablaremos hasta que el cansancio nos doblegue. Ésta es la idea de Monocrom: ésta es su idea de felicidad a la que es imposible no sucumbir.

Queremos a Monocrom con la alegría de saber que somos bien recibidos y de que saldremos mejor de lo que entramos. La resaca será mañana y en cualquier caso mucho menos grave que si de whisky o de ginebra se tratara. Vayamos a Monocrom a beber y a olvidarnos de todo lo que no nos hace felices. Bebemos sobre lo bebido, sobre lo vivido, sobre lo amado, sobre lo perdido. Si Monocrom nos hace sentir tan bien es porque somos recibidos, comprendidos en lo que somos, aunque para los demás sea muy raro. Monocrom no te juzga, te ama. Y resbalas con sus vinos hacia el fondo de ti mismo.

Bebamos, bebamos y que sea lo que Dios quiera. Bebamos lo que Janina nos diga y digamos nosotros lo que queramos. Celebremos la amistad, y el amor, y recordemos siempre que la tristeza sólo da tristeza, es agotadora y estéril, y no lleva a ninguna parte. Bebamos para querer y para que nos quieran. Quien no nos quiere no nos merece y lo que nos hiere no es amor: todo esto lo aprendí en Monocrom, a la una del mediodía o a las cuatro de la madrugada.

Lo que importa de los restaurantes, y de la vida, es lo bien que nos hacen sentir, la confianza y la ternura. Hemos traído nuestras vidas aquí, para contarlas. Para beberlas y para contarlas. ¡Traiga más vino, posadero! Y todos brindaron con nosotros.

Ve a Monocrom como quien acude al fondo de su día a dejarse ser sin complejos ni temor, sin nada más que su alma atropellada para que la cure cayendo sobre ella la noche aterciopelada.

Yo daría mucho más de lo que tengo para cenar cada noche de mi vida en cualquier restaurante o país del mundo con Xavi y con Janina.

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