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Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

Cómo convertir el ejercicio en algo prioritario en tu vida

Haces aquello que eliges como una prioridad en tu vida ¿Cómo puedes conseguir que el ejercicio esté en esa lista?

Alfonso M. Arceel

Si sientes que el ejercicio es una tarea más del día que tienes que tachar de tu lista mental, empiezas mal. Todos tenemos una serie de deberes que debemos cumplir, queramos o no, un trabajo, unos horarios, una familia… Todas ellas son el principal obstáculo que hay que vencer si queremos dedicar un tiempo al ejercicio, un tiempo al fin y al cabo para nosotros mismos. Este último punto es la exclusa perfecta para dejar de cuidarnos, aunque hay un beneficio social en que todos tengamos mejor salud (aliviaremos las listas de esperas en hospitales y el gasto público), en el día a día es fácil percibir como un acto egoísta el decir que no a otras cosas para disponer de una hora u hora y media para ti y tu gimnasio. Al fin y al cabo la belleza está en el interior. La frase es bonita, pero una belleza interior y una exterior no están reñidas, no hace falta que te abandones para ser bello o bella por dentro.

Son muchísimas las ocasiones en las que nos decimos que esta semana vamos a empezar en el gimnasio, o que hoy cuando llegues a casa saldrás a correr un rato, pero llega el momento y no lo hacemos. Si tu mente es fuerte, entonces tu cuerpo la seguirá, pero no al revés. Intenta seguir estos seis pasos para conseguir que el ejercicio esté entre tus prioridades diarias:

Designa días y horas al ejercicio

Entiéndelo como una reunión o un compromiso social o lo que más te guste, pero hay unas horas y unos días en los que hay un hueco que es tuyo para hacer ejercicio. Si estás pensando que qué demonios digo, que no sé cómo es tu vida y que eso es imposible, perfecto, deja de leer aquí mismo que no quiero quitarte más tiempo. Para el resto de personas, pensad en la cantidad de gente que conocéis que tiene en sus agendas determinados huecos que no mueve y que todo el mundo sabe que están ocupados: una clase de inglés, una actividad extraescolar de un hijo al que hay que ir a recoger, un curso de cocina o una cita con el fisio… Cada cual tenemos nuestra vida y nuestros compromisos. Si tres días a la semana tienes clase de boxeo, pues intenta ser firme con ello y que nadie de por hecho que lo anulas simplemente porque te surja una alternativa tan poderosa como un ‘oye, vente a tomar unas cañas’.

Evita modas y empieza despacio

Casi nunca has hecho ejercicio y no te gusta el calor, pero decides probar el bikram yoga porque ha salido un artículo en una revista explicando que es la caña. Independientemente de lo efectivo que sea, puede que no lo encuentres agradable. Si la experiencia es mala o abandonarás o te lanzarás a otra cosa que hayas leído por ahí. Yo soy un fanático del CrossFit y puedo asegurar que es para todo el mundo, pero no todo el mundo es para el CrossFit, si para ti es una experiencia desagradable, busca algo que te genere una alta adherencia. Por supuesto, encontrar a un compañero de viaje que entrene contigo y a un ritmo similar, te hará más sencillo conseguir tu propósito

Metas razonables

Determinación no es lo mismo que ansia. Reventar tu cuerpo el primer día que llegas al gimnasio es una de las grandes maneras de dejarlo bastante rápido. Pasarás dos o tres días sin poder moverte, si superas la prueba y cometes el mismo error una semana después, pues otra vez lo mismo. Acabarás asociando el hacer ejercicio a sentirte como si te han dado una paliza y sin conseguir casi resultados.  Es importante establecer metas realistas y razonables que sepas que puedes lograr. Fácil y realista no es lo mismo que conformista y ridículo, no vale con que digas que el sábado por la mañana irás a comprar el pan andando. Es una buena costumbre, pero en ningún caso consideres que ya has cumplido con semejante actividad física.

Variedad

Pasar 45 minutos constantes en la elíptica puede resultar aburrido, más si lo haces todos los días. Prueba alguna clase colectiva, levanta pesas, corre al aire libre, monta en bici, juega a algún deporte, sal a hacer una ruta de montaña. Si mantienes cierta emoción en tus horas de ejercicio físico, probablemente nunca querrás parar.

Recompénsate

No no no, no se trata de que los domingos te comas media pastelería. Simplemente concédete incentivos, piensa lo que te has ahorrado en helados o en tabaco y reinviértelo pagándote un mes de entrenador personal, o cómprate ese modelo de zapatillas que te va a ir de maravilla, o una camiseta que además de ser ligera, te siente bien. Si el ejercicio solo se asocia a sufrir, vamos mal.

No abandones

Poco es mejor que nada. Vas a tener malas rachas y seguro que llega una semana o dos en las que no has podido ir a tu clase de lo que sea que hagas. No importa la circunstancia, un estilo de vida saludable es para siempre, no es algo que sucede durante un año y luego se disipa. Si estás tomando el control de tu propio cuerpo y tu salud, mantente firme. Al final no importa qué ha ocurrido en la última semana, lo importante es qué ha ocurrido a lo largo de los últimos meses.

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Salud Alfonso M. Arceel

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