Hoy, o está noche, es Halloween. En España, siempre ésta fecha ha sido la previa a la costumbre de visitar los cementerios, -otra cosa que no entiendo, teniendo todo el año para hacerlo-, pero bueno, lo que sà tengo claro es el de buscar refugio o entretenimiento en la literatura, y cómo la fecha lo pide, que mejor momento para sumergirte en ella a través de Shirley Jackson (1916-1965), una de las escritoras de mayor proyección de su época en el género de terror o intriga psicológica.
Una de sus mejores obras después del relato de la estremecedora La loterÃa, es La maldición de Hill House (recuperada el año pasado por la editorial minúscula). En ella, Jackson nos relata el momento de un grupo de personas que son invitadas por el doctor Montague a un viejo y laberÃntico caserón conocido como Hill House. Una casa con muy mala reputación; un lugar diabólico y enfermo, una mansión ubicada debajo de una colina donde los visitantes pueden aparecer cuando lo deseen, pero les resultará más difÃcil irse.
«Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo durante mucho tiempo en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y las chicharras, según dicen algunos, sueñan. Hill House, insana, se alzaba solitaria contra sus colinas, conteniendo la oscuridad interior; estaba allà desde hacÃa ochenta años y podÃa estar ochenta más. Dentro, las paredes seguÃan de pie, con los ladrillos dispuestos en orden, los suelos eran firmes y las puertas estaban prudentemente cerradas; el silencio yacÃa agazapado en la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que rondaba por allÃ, lo hacÃa a solas».
Liderados por John Montague, un estudioso de lo oculto, un erudito de la materia que busca pruebas sólidas de un inquietante fenómeno psÃquico que se produce en casas no muy normales, por lo que ha reclutado para su experimento a tres personas para pasar uno dÃas en la mansión de que se encuentra en Hilldale. Los elegidos son: Eleanor, una joven algo atormentada y de pasado infeliz, Theodora, con quien Eleanor establece un fuerte vÃnculo inicial, y Luke, el heredero de la casa. Pronto todos deberán enfrentarse a situaciones que están más allá de su comprensión. Hill House parece estar preparándose para escoger a uno de ellos y hacerlo suyo para siempre. Pura intriga e inquietud.
«No hay ojo humano capaz de aislar la infeliz conciencia de lÃnea y lugar que sugiere el mal en la fachada de una casa y, no obstante, una yuxtaposición delirante, un ángulo mal resuelto, un encuentro casual entre el tejado y el cielo, convertÃa Hill House en un lugar angustioso, más aterrador aún porque su fachada parecÃa estar despierta, vigilante desde las ventanas vacÃas y con un toque de regocijo en el ceño de una cornisa (…) Era una casa carente de bondad, nunca pensada que la habitaran, un lugar no apto para las personas, el amor ni la esperanza. El exorcismo no puede alterar el semblante de una casa: Hill House permanecÃa inmutable hasta que la destruyeran».
Llevada dos veces al cine y fuente de inspiración de una serie televisiva, La maldición de Hill House es una de las novelas más famosas de Shirley Jackson, y una de las principales obras de terror psicológico del siglo xx. Las caracterÃsticas de este género pasan en primer lugar por una ambientación algo romántica: paisajes, bosques, ruinas medievales (en este caso, la casa tiene un torreón algo sórdido, un claro guiño al tÃpico castillo medieval), además de criptas y pasillos en donde las puertas no se pueden quedar abiertas, ruidos nocturnos… Personajes, extraños e insólitos, grandes peligros y cándidas muchachas en apuros; elementos sobrenaturales que aparecen directamente y en ocasiones solamente sugeridos. Se dan cita en esta trepidante novela.
Aunque parezca un contrasentido, La maldición de Hill House no es una obra de terror al uso, la novela es mucho más psicológica que fantástica. Su amenaza real no se esconde tras los ruidos de la noche, en los espacios gélidos o en los susurros ininteligibles que flotan entre las paredes del gigantesco edificio. Lo más perturbador se agazapa en la hipersensibilidad de Eleanor, quien sin ser una ferviente aficionada a lo oculto, capta la imperceptible perversidad de la casa. La idea de amenaza, el miedo a lo desconocido, forman el relato, de este modo, el lector se estremece ante la exposición a miedos y vulnerabilidades comunes o universales, centradas principalmente en las partes más oscuras de la psique humana, y que la mayorÃa de las personas reprime o niega.
Caracterizada por el capricho y el fatalismo de los cuentos de hadas, la ficción de Jackson ejerce un hechizo mordaz e hipnótico. No importa cuántas veces se haya leÃdo esta historia, uno nunca está del todo preparado para su lento impulso, la forma en que lo que inicialmente parece ser aleatorio, tranquilo y casual, se revela de repente en algo tan inevitable como el agua diluyéndose en forma de remolino en un desagüe.
Este es un clásico thriller sobrenatural de un autor que ayudó a definir el género. Publicado por primera vez en 1959, La maldición de Hill House ha sido definida como una obra perfecta de terror desconcertante y en 1960 fue finalista para el National Book Award junto a novelas de Saul Bellow, John Updike y Philip Roth (quién ganó con Goodbye, Columbus), escritores que se convirtieron en nombres familiares sinónimo de seriedad, mientras que la obra de Jackson fue descartada  y definida como algo intermedio hábilmente producido por un ama de casa que, sin ayuda para sà misma, a veces afirmaba ser una bruja aficionada.
Jackson fue una escritora que entendió que los buenos sustos llegan a los que esperan, pero también supo ir al grano,  a partes iguales de aterrador e interesante, inquietando al lector tanto como a los personajes, cuanto más avanza la trama. El efecto literario que llamamos horror gira en torno a la disolución de las fronteras, entre los vivos y los muertos, pero también, en el nivel más crudo, entre el exterior del cuerpo y todo lo que debe permanecer dentro de uno. Hechos que se van encontrando en la narrativa de la historia de Jackson. Una historia psicológica de «fantasmas» que trata tanto del rompecabezas de la identidad como de la locura.
En definitiva, es una historia magistral de terror psicológico, ideal para este puente de confinamiento y disfrutar en casa de esta novela, si en casa, una casa que te atrapa, pero que te deja ir. Una novela que también te atrapa y que también te deja ir, en parte, ya que no podrás de dejar de pensar en ella y de la intensidad moral de la historia, los recovecos tras los personajes y la fatal conjunción de las máscaras de cada uno con las apariencias ennoblecidas, hacen de esta novela una intensa gran obra.
La maldición de Hill House // Shirley Jackson // Editorial Minúscula // Traducido por Carles Andreu // 2019 //  19,50 euros
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