A lo largo y ancho del panorama editorial español se dan diversas ediciones de poesía acompañadas de ilustraciones. Pero no es oro todo lo que reluce. Separando el grano de la paja, encontramos pequeñas joyas como la que ha realizado Adolfo Serra (Teruel, 1980) con Para la libertad (Lunwerg). En ella el ilustrador turolense muestra su trazo y lo pone al servicio de las delicadas palabras de uno de los poetas más queridos y aclamados en España, Miguel Hernández.
Serra es un explorador de hojas en blanco. Un intrépido buscador creativo, que va dejando su huella a través de la pasión y el ingenio que impregnan su obra, mediante los pigmentos de las acuarelas que salen de sus pinceles y van cubriendo y dando formas y significados a esas hojas inexploradas. En este maravilloso trabajo, se puede disfrutar del dibujo y la poesía que se dan la mano en esta antología de Miguel Hernández, un poeta en estrecho contacto con el pueblo y que supo plasmar desde el más puro gozo hasta la deriva pesimista de sus últimos años. Sus poemas exploran temas como el amor, la naturaleza y la condición humana. Sus versos impregnados de cruda pasión, captan la belleza y la tragedia de la vida.
Tintas, aguadas, manchas, salpicaduras. Colores ocres, azules, pastel, terrosos, grises están enmarcados en los suaves trazos de Serra. Ellos se mezclan con los versos de Miguel Hernández acudiendo así a la más profunda intimidad del ser humano y deleitando y transportando a un mundo visual interpretado de forma sensible por el ilustrador, que hace que el lector pueda sentir una paz y una tranquilidad propia.
El libro transmite esa sensibilidad y calidez adecuada a lo que representa y comparte el poeta alicantino, ofreciendo un nuevo y emotivo acercamiento a los lectores que quieran sumergirse en la obra del eterno poeta del pueblo, a pesar de su temprano fallecimiento a manos de la dictadura franquista, dejó un vasto legado de obras de renombre e influencia poética. Conocido por sus poemas profundamente emotivos y evocadores.
Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida.
El herido.
El rayo que no cesa, Cancionero y romancero de ausencias, Viento del pueblo, El hombre acecha y Poemas sueltos, forman parte de esta antología poética «que abre la puerta a diferentes perspectivas, miradas, momentos, personas, historias…, pero no deja de ser un viaje hacia uno mismo y hacia los grandes temas de la vida. Lees a otros para leerte a ti, en un intento de descifrar quién eres», escribe Serra en la introducción.
«Al leer a Miguel Hernández sentía tierra, polvo, tinta, sangre, barro. Sus versos suelen transmitir emociones contrapuestas, como el amor y el dolor, la belleza y la tristeza. También está el ritmo, la musicalidad, la fluidez de las palabras, e incluso está lo terrenal, esa profunda conexión con la condición humana y las luchas de la gente corriente».
En definitiva, esta obra ilustrada por Adolfo Serra es una magnifica ocasión para encontrar, recuperar y recordar a uno de nuestros mejores poetas, con el valor añadido de la genial estética visual y artística proporcionada por Serra que hará volar en libertad al lector a lo más íntimo de su interior.
