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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

La tensión que habita en lo cotidiano

Laurent Mauvignier crea un thriller rural hipnótico donde el silencio, el miedo y el pasado construyen una tensión implacable.

Pablo Delgadoel

Hay novelas que te atrapan por la intriga, otras por los personajes que te encuentras en ellas, otras por el estilo del autor. Múltiples opciones que se ajustan a los gustos literarios; pero si lo que te gustan son las historias que se cuecen a fuego lento, que te envuelven poco a poco con una atmósfera densa y te llevan al límite de la tensión, Historias de la noche (Anagrama) de Laurent Mauvignier es una lectura que no puedes dejar pasar.

Laurent Mauvignier (Tours, 1967), autor francés y uno de los grandes nombres de la novelística francesa actual, reconocido por su estilo elaborado, trabajado y su capacidad para explorar las profundidades psicológicas de sus personajes, ofrece una obra inquietante y magistral que desafía las convenciones de una especie de thriller rural. Pausada, hipnótica, casi imperceptible… hasta que te das cuenta de que estás completamente sumergido en esa atmósfera donde cada silencio pesa más que las propias palabras escritas.

Mauvignier no escribe para impacientes. Su estilo es exigente pero adictivo: frases largas, párrafos casi interminables, introspecciones profundas, y un ritmo que parece lento… hasta que te das cuenta de que estás completamente atrapado y sumergido en la historia. Las emociones se deslizan como un río en las profundidades de la tierra, utilizando monólogos interiores, saltos de perspectiva, pensamientos entrecortados. A primera vista, puede parecer un desafío. Pero si te dejas llevar por su ritmo, te vas dando cuenta de que no hay una sola palabra puesta al azar.

La tensión se construye palabra por palabra, como si estuvieras respirando el mismo aire que los personajes. Un thriller, sí, pero uno que va mucho más allá del misterio en sí que puede envolver la acción, simplemente la coge como pretexto para profundizar en los personajes. Es un retrato brutal de lo que es vivir en el aislamiento, de los silencios que se arrastran durante años, de la violencia que se esconde bajo la superficie. Logra que el entorno rural, tan aparentemente inocente, se convierta en un personaje más, casi opresivo. Hay algo en esa calma rural que da miedo, y Mauvignier lo explota al máximo. No esperes acción trepidante: lo que encontrarás es un crescendo emocional que explota justo cuando menos lo esperas.

La novela, se desarrolla en un rincón olvidado del campo francés, donde todo parece tranquilo… demasiado tranquilo, en un pueblo diminuto del suroeste, prácticamente olvidado por el mundo. Allí viven Christine, Patrice y su esposa Marion junto a su hija. Christine es una mujer que arrastra un pasado que parece borrado pero no del todo y que se refugia en el arte. Patrice, un agricultor algo torpe emocionalmente, se aferra a una rutina que apenas puede sostener. Y Marion, con un trabajo estable, guarda algo. Ida, su hija, es probablemente la más luminosa del trío: joven, inteligente, con ansias de salir de ahí, aunque también con una inocencia que puede volverse peligrosa.

Todo comienza como un drama rural intimista, pero lentamente el ambiente se torna gris, casi oscuro. Lo que parecía ser una historia tranquila sobre la vida en el campo se convierte en un thriller sutil, psicológico y asfixiante, que transcurre prácticamente en una sola noche. Pero Mauvignier no nos lanza de golpe al clímax: lo construye con una tensión milimétrica, casi imperceptible, que crece a lo largo de las casi 600 páginas.

Lo que más destaca es cómo logra generar suspense sin necesidad de recurrir a grandes artificios. La amenaza no es tanto externa como interna: está en la memoria, en los secretos ocultos, en las relaciones familiares llenas de vacíos. El lector se convierte así, casi en un espía: escucha pensamientos, sospecha junto con los personajes y, a veces, incluso antes que ellos. Más allá del propio suspense, Historias de la noche habla sobre cosas cotidianas. Sobre lo difícil que es decir la verdad. Sobre cómo el pasado no se borra, aunque lo intentemos. Sobre la manera en que el miedo puede crecer en lugares donde parece no haber nada. Y sobre cómo la violencia, a veces, se oculta detrás de una rutina aparentemente tranquila. Creo que es también una crítica sutil al abandono del mundo rural, a esa sensación de vivir en un lugar donde nada cambia y todo se repite. Donde la rutina se lo come todo. En ese sentido, el pueblo se convierte en un personaje más.

Si buscas una literatura que se toma su tiempo, que te invita a mirar de cerca a los personajes, a vivir con ellos sus silencios y sus angustias, Historias de la noche es una experiencia lectora difícil de olvidar. Es una novela que ofrece una intensidad emocional pocas veces vista. Mauvignier construye una historia que, aunque parece sencilla, se convierte en algo mucho más profundo, casi visceral. Es una lectura que se queda contigo, como esa sombra proyectada por la luz del sol.

Historias de la noche // Laurent Mauvignier // Anagrama // 2024 // 23,90 euros

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