En las últimas décadas, el estudio de la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en un fenómeno tan extenso y tan variado, que poder recoger lo que fueron tantas guerras en una, es una gran tarea. Un trabajo que cualquiera que intente contenerlo en un solo volumen tiene que llegar a tomar decisiones difíciles de elección. El reconocido y premiado historiador británico Antony Beevor (1946) allá por 2012 escribió una narrativa militar en la que dedicó alrededor de dos tercios de su espacio al frente oriental y a la gran estrategia con su obra La Segunda Guerra Mundial (Pasado & Presente).
Una obra que se convirtió en referencia y best seller sobre tal acontecimiento drástico e histórico. A través de grandes fuentes de documentación como diarios y cartas, consiguió crear un vasto tapiz humano de aquella guerra. Pero si todavía no se ha podio acercar a la obra de Beevor o le parecen demasiadas páginas, la editorial Pasado & Presente publica una adaptación gráfica de la obra de Beevor. Realizada por Gonzalo Pontón e ilustrada por la Egènia Anglès. Una adaptación gráfica del best seller histórico que quiere ser la puerta de entrada para el gran público al conflicto bélico que dramáticamente marcó todo el siglo XX y cuyas consecuencias todavía resuenan hoy. Con más de 2.000 ilustraciones en 530 páginas, esta historia gráfica extrae la parte más emotiva y humana del conflicto que tan magistralmente ha narrado Beevor. Todos los frentes, las batallas más esenciales, los protagonistas, mapas y el armamento bélico están recreados fidedignamente basándose en imágenes reales de la época.
El grafito de los lápices de Anglès, nos representan a página completa, las caras de los principales culpables y protagonistas de estos fatídicos años. Centrándose principalmente en la representación de las aviaciones como la de la Luftwaffe, o de la RAF, así como de los tanques, portaaviones y cañones; nos da una visión general de la magnitud del armamento utilizado, sobre todo, de gran tonelaje. Dibujos fielmente representados a través de los cuales podemos deleitarnos con los Hurrricane britanicos, los Spitfire, los aviones Stuka, los Junkers, los cazas Zero japoneses, bombarderos Nakajima, portaaviones Hornet y Enterprise, bombarderos americanos Dauntless, el B-29, los carros blindados alemanes Panzer y Tiger que luchan contra los Sherman estadounidenses. Todo parece un juego bélico, mostrando la fuerza, la tensión y el movimiento por cada una de las páginas del libro.
Unas páginas que son un verdadero deleite y de una gran movilidad gráfica, que hacen que cada una de ellas tenga dicha tensión dramática y bélica del momento que describen, acentuado además, con el gris de los lápices de Anglés, que dotan -aún más si cabe- de turbación y alteración de los cielos de las ciudades testigos y tristes receptoras de los embistes de las bombas, que al ser representados, está aprovechando los puntos fuertes de la contienda. Muchos de los capítulos muestran un acercamiento a lo ocurrido, con un buen ojo para el lugar y los detalles, manipulando hábilmente el incidente y el carácter, y haciendo un uso efectivo gráfico de los soldados, las gentes, las ciudades, los dirigentes y el armamento bélico. Se ve un gran trabajo de documentación que crea un extenso tapiz gráfico y visual de la guerra.
A través de textos escuetos a modo de píldoras, se conserva un resorte de la obra principal de Beevor, tarea difícil, porque si ya es complicado -como decía al principio-, poder juntar en un solo volumen todo lo ocurrido durante el enfrentamiento, realizar una adaptación gráfica, lo es mucho más; pero los autores lo resuelven con gran diligencia y rigor documental, abriendo así ventanas para seguir interesándole al lector por aquellos hechos concretos de la guerra o por la guerra en si.
Hechos como el frente oriental, la Europa ocupada por los nazis, el holocausto, el gueto de Varsovia, la batalla de Moscú, Pearl Harbor, la operación Azul, Stalingrado, la campaña de Sicilia, la ofensiva soviética de primavera, el día D, la liberación de París, Iwo Jima, Okinawa, la conferencia de Yalta, el bombardeo de Dresde, la operación de Berlin, las bombas atómicas sobre Japón, son algunos de los acontecimientos militares que recoge el libro.
«La Segunda Guerra Mundial, con sus ramificaciones globales, fue el mayor desastres de la historia provocado por la mano del hombre. Murieron, quizá, 70 millones de seres humanos. Ningún otro periodo de la historia constituye una panorámica tan amplia para el estudio de la tragedia del individuo y las masas, de la corrupción del poder y de la política, de la hipocresía ideológica, de la egolatría de los mandos militares, de la traición, de la perversidad, del sadismo, pero también del autosacrificio, de la lealtad, de la nobleza, y la compasión infinita de tantos hombres y mujeres que pueden llamarse, con razón, seres humanos».
En definitiva, bajo las palabras adaptadas de Beevor, La Segunda Guerra Mundial. Una historia gráfica, nos ofrece una poderosa narrativa visual de la Segunda Guerra Mundial, mostrando con pocas palabras y muchas imágenes una capacidad extraordinaria de síntesis y de puesta en página que cuentan las historias más sórdidas y de esperanza ocurridas a lo largo de la guerra, en la que la negociación diplomática generalmente pasa a un segundo plano frente al derramamiento de sangre. En algunos aspectos, recordar el enfoque de esta carnicería puede llegar a ser saludable, como recordatorio del verdadero coste humano de la guerra. Pero conviene recordar también que hubo actos de bondad y heroísmo junto con la locura y el asesinato.
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