Ángel González Abad el 14 nov, 2017 La Diputación Provincial de Zaragoza, propietaria de la plaza de la capital aragonesa, ha decidido dar por finalizada la gestión de Simón Casas en la Misericordia, y sacar el coso nuevamente a concurso. La decisión de la propiedad, obedece al “objeto de obtener condiciones más ventajosas para la administración provincial”, según la versión oficial, que subraya que “la situación ha cambiado respecto a la anterior adjudicación”. Y evidentemente, ha cambiado. Solo recordar la etapa de Serolo al frente de la plaza produce escalofríos a los aficionados. Aquel empresario fue desalojado de la plaza por orden judicial tras dejar una deuda de más de seiscientos mil euros, amén de convertir la Misericordia en un auténtico erial. En 2014, la UTE formada por Simón Casas Production, Ruedo de Olivenza y Toros del Mediterráneo alcanzaron la gestión del coso zaragozano merced a un concurso en el que la Diputación rebajó sustancialmente tanto las obligaciones económicas como las de programación con el fin de remontar una época negra en un coso, que entonces cumplía su 250 aniversario. Al margen de luces y sombras, que de todo ha habido, la realidad es que en cuatro temporadas, el aficionado ha reencontrado el camino a la plaza; y año a año, la afluencia de espectadores ha ido en aumento. Tanto en los festejos mayores como en los populares. Solo en la pasada Feria del Pilar, más de 150.000 personas adquirieron entradas para los casi treinta festejos que se celebraron durante el ciclo pilarista. En ese contexto, la empresa capitaneada por Simón Casas, solicitó la primera de las dos prórrogas a las que daba opción su contrato. Avanzar en la consolidación de la plaza era el objetivo. Pero las cosas han cambiado al considerar la Diputación que no cabía prórroga, que la plaza sale de nuevo a concurso. No es de extrañar el desencanto que la decisión ha producido en el seno de la empresa, que en cuatro temporadas ha dado la vuelta a la tortilla. De una plaza hundida, a una plaza totalmente viva y con futuro. Considera la institución provincial que se han de obtener condiciones más ventajosas para la administración. Y de ello se desprende que el canon de alquiler será diferente al actual de 30.000 euros más un 3 por ciento de la recaudación una vez superados los quinientos mil euros. La versión oficial de la decisión de acabar con la etapa de Simón Casas, solo añade que obedece a la tónica general de no renovar de forma sistemática los contratos en curso. Únicamente podría entenderse el abandono obligatorio de Casas, si al margen de conseguir esas condiciones “más ventajosas” para la Diputación, en la filosofía de la corporación está el mejorar de cara a los aficionados la programación de la plaza, con, entre otras cosas, el aumento de festejos menores, las necesarias novilladas que garanticen el futuro de la Fiesta. De momento, por lo dicho oficialmente, la zasca ha sido para Simón. Toros Comentarios Ángel González Abad el 14 nov, 2017