Ángel González Abad el 02 jun, 2016 Los cuadris ya son historia. Ni muy buena ni muy mala resultó la corrida del San Isidro 2016, con dos toros notables que fueron a manos de un Rubén Pinar que, sin cortar trofeos, tuvo una tarde esperanzadora. Y de los de Cuadri a los de Victorino Martín, que en este último viernes del mes de toros en Las Ventas tiene nombre propio como auténtico protagonista de una jornada cargada de emociones. El homenaje que se le rinde a esta divisa ya histórica es el reconocimiento al que puede considerarse como mejor ganadero del siglo XX. Victorino, aquel paleto de Galapagar, cogió una ganadería destinada al matadero hace más de medio siglo y sobre aquellos albaserradas edificó uno de los hierros más apreciados por los aficionados. Hablar de Victorino es hablar bravura y casta, de la entrega sin límites a un sueño. Sueño del que siguen enganchados su hijo Victorino y su nieta Pilar. En la mismísima Puerta Grande de Las Ventas una placa reconocerá todo lo que esta divisa ha dado la Fiesta, toda la historia que ha escrito en la arena de la primera plaza del mundo. En la Puerta Grande, la que el viejo Victorino atravesó en hombros de los aficionados en más de una ocasión. Los toros de Victorino Martín han sido una referencia para muchas generaciones de aficionados, que encontraron en sus pelos cárdenos la verdad de una Fiesta en la que muchas veces al toro se le ha querido bajar de categoría. Aquellas tardes de Andrés Vázquez y Antonio Bienvenida, la corrida del siglo con Ruiz Miguel, Esplá y José Luis Palomar el 1 de junio de 1982, el indulto de Belador por Ortega Cano… Más de cien toros que tantas y tantas veces hicieron renacer la ilusión por el toreo en miles de aficionados. Hablar de Victorino es hablar de bravura y casta, es hablar del mejor ganadero del siglo XX, del creador de un mito: el victorino. Toros Tags MadridSan IsidrotorosVictorino Martín Comentarios Ángel González Abad el 02 jun, 2016