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Blogs Entre barreras por Ángel González Abad

Pilar 2014: La Misericordia necesitaba más

Ángel González Abad el

Uno lee y relee los carteles de la Feria del Pilar que ha presentado el nuevo empresario de La Misericordia, Simón Casas y su equipo, y tiene la sensación de que el francés nos ha hecho la envolvente. Devolver la grandeza al coso zaragozano fue el primer objetivo que se marcó Casas tras recibir las llaves del coso de la capital aragonesa. Y para ello desde la Diputación Provincial de Zaragoza, propietaria del inmueble taurino, se le allanó el camino, se le sirvieron en bandeja los mimbres con los que tejer una temporada que quedara para siempre escrita con letras de oro.
Personalmente creí firmemente que había que apoyar al presidente de la corporación cuando se planteó las condiciones que habrían de regir el concurso que trajera aires nuevos a la plaza y echara tierra definitivamente sobre una de las etapas más negras de la historia misericordia, si no la más.
Y Casas vino con su imaginación, su revolución francesa abrió puertas a la esperanza con una Feria de San Jorge bien planteada, aunque no bien rematada. Y se esperaba un gran aldabonazo para el Pilar, más después de los ciclos tan bien rematados que Simón Casas y los suyos han completado a lo largo de la temporada.
Si algo necesitaba la Zaragoza taurina era un gesto, un gran gesto que marcara definitivamente el comienzo de una nueva era, y el momento era el día 8 de octubre, fecha en que La Misericordia cumplirá su 250 aniversario. ¡casi nada! Una fecha para darlo todo, porque todo se le había dado al empresario para que así fuera.
Sin embargo, llegan los carteles de la Feria y el acontecimiento queda como diluido, en un conjunto con buenos carteles, con notables ausencias también y con la celebración de un hecho irrepetible sobre el que se pasa como de puntillas. Con todo el respeto para el empresario y para los toreros anunciados -Padilla, Abellán y El Fandi-, Zaragoza, sus aficionados, necesitaban más, precisaban para ese día algo ilusionante, algo deslumbrante en lo imaginativo, algo que les dijera que había futuro, que su plaza seguía siendo una de las más importantes del orbe taurino.
Los buenos carteles que cierran el ciclo no han de hacer olvidar el borrón de la celebración del 250 aniversario. Una oportunidad perdida, y eso sin entrar a valorar lo de los seis toros para Daniel Luque.
Del Pilar 2014 me quedo con los victorinos, con las dos tardes de Perera y Talavante, con Ponce, y hasta con El Juli, aunque al final se haya olvidado del acontecimiento…, pero, insisto, La Misericordia necesitaba más.

Toros

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