Ángel González Abad el 13 may, 2013 Torero frágil, torero. Curro Díaz abrió su muleta como si manejara con mimo un pincel ante un lienzo en blanco para recibir en el último tercio al segundo de la tarde. El toro de La Palmosilla, bueno, y el diestro de Linares que se lía a dar pinceladas plenas de buen gusto. El toro, bueno, y el diestro de Linares que parece una porcelana a punto de caer del estante en cada muletazo, a punto de romperse cada vez que el de La Palmosilla pasaba como imantando por la franela que trazaba hora un trincherazo, hora un cambio de mano. Soberbio comienzo de faena, porque después ya ho hubo faena. Con la miel en los labios dejó a miles de aficionados este Curro Díaz, pleno de fragilidad, pleno de torería. Fue sin duda el momento feliz de la corrida del lunes isidril en la que David Galván dejó una discreta tarje de presentación como matador de toros en la cátedra venteña y en la que El Fandi no se complicó la vida en exceso. De la corrida de La Palmosilla, los tres primeros merecieron mejor trato, más disposición y una apuesta decidida por parte de los matadores. Pero… Toros Tags Curro DíazDavid GalvánEl FandiLas VentasMadridSan Isidrotoros Comentarios Ángel González Abad el 13 may, 2013