Otra bofetada. Esta de las que te dejan sin réplica. El Gobierno catalán no aplazará la prohibción de las corridas de toros. Así, sin vaselina. Claro, no va a hacer otra cosa que cumplir la ley porque la presión ni la siente ni la espera.
No hay más que ver la actitud del PP catalán. En la reunión entre la presidenta popular, Alicia Sánchez Camacho, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en la que con una abstención de los diputados del PP salían adelante los Presupuestos, de toros ni hablaron.
Ahora sale el bueno de Rafael Luna, aquel que se llevaron en volandas los aficionados de la Monumental cuando la firmeza de su partido parecía otra, con que no ha habido pacto, y, claro, si no hay pacto no hay toros. “Si el PP es decisivo no habrá pactos con CiU si no se revoca la prohibición”, vinieron a decir los mandatarios populares. Ahora resulta que esa abstención que da vía libre a los Presupuestos de CiU, ese apoyo a que Trias fuera alcalde de Barcelona, esa vicepresidencia de la Diputación para el PP, esa alcaldía de Badalona… Eso no son pactos, son acuerdos puntuales.
Nadie les quita lo hecho, la defensa de la Fiesta, la petición de una moratoria de tres años planteada en el Parlament, el recurso ante el Constitucional por parte de la dirección nacional… Pero…
Toros