Las tardes sumidas en una tormenta suelen ser de épica y de gloria. Nada de eso, aunque Iván Fandiño demostró que tiene mimbres para dar un gran día. Ayer apuntó. Su disposición ya es suficiente, tiene clase y valor para subir varios escalones en el escalafón, para dejar atrás a todos esos que van por las ferias repartiendo aburrimiento. Si no se cansa, ese día de la consagración puede estar al llegar.
Sin embargo Uceda volvió a ser ayer el conformista. Debió salir con otra disposición, pues el gesto de apuntarse a una sustitución tras el triunfo del viernes tuvo que tener otra continuidad. Y lo de Tendero, sinceramente, no lo veo…, lo de El Montecillo, tampoco