No es que fuera un tapado ante la temporada 2010, pero se ha destapado y ha marcado sus poderes. Dos puertas grandes en Valencia, Puerta del Príncipe el pasado viernes y otras dos orejas hoy en Sevilla, le sitúan en una primerísima fila. Y todo a golpe de poder, de clasicismo, de buen toreo. ¡Casi nada! Recordar cualquier pasaje de estos triunfos con los que ha arrasado el escalafón demuestra una espléndida madurez y a la vez una frescura que llega de su tremenda ambición de triunfo.
El Juli quiere ser el número uno, no quiere a nadie por delante. ¡A ver quién le planta cara!
Toros