El Fundi vivió en la tarde del domingo su día más amargo. Escuchar los tres avisos, retirarse al callejón dejando en el ruedo a su segundo enemigo a merced de los cabestros para volver a los corrales, no era lo que el torero de Fuenlabrada imaginaba para la que se anunciaba como su última tarde en Las Ventas. El Fundi se llevó el peor lote de la grande y ayuna de casta corrida de Guardiola, pero eso seguro que no le compensa la desesperación de dejarse un toro vivo en Madrid, el que podía ser el último, el último trago, el que nunca hubiese querido beber. No estuvo bien con ese cuarto toro, lo brindó al público y la faena no despegó en ningún momento. De ahí los fallos a espadas, el toro cada vez más complicado, más orientado, y tapado para descabellar, pegando arreones. Un aviso, otro, el fatídico tercero… Y el mundo encima. Lo que le faltaba a la tarde, porque los toreros ya se ganaron algo más que el respeto de todos con el compromiso de salir a torear bajo el aguacero. El Fundi pagó cara esa tremenda imprudencia, y sus compañeros Uceda Leal y Rubén Pinar pelearon como pudieron contra el agua, el barro y los complicadísimos guardiolas.Para El Fundi, desde la empresa de Las Ventas le llegó pronto la compensación a ese mal trago: tendrá oportunidad de despedirse de otra manera en la Feria de Otoño. Que ese día pueda poner el final que desea a su carrera.
Toros