Carmen de Carlos el 10 jun, 2013 En Argentina las fronteras parecen ser más una ilusión óptica que una barrera concreta entre países. Cualquier “pichi” cruza por Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brasil y Chile sin control aduanero de ninguna naturaleza. La noticia no es nueva pero se hace popular cuando las imágenes se recogen en la televisión. Sucede lo mismo con la corrupción del Gobierno, los prostíbulos y la trata de personas. Delitos básicos alcanza dimensión de escándalo –y denuncia judicial- gracias a la “caja tonta” que, al final, resultó ser de lo más lista. El fenómeno de denuncias del periodista Jorge Lanata y de su equipo en PPP (Periodismo Para Todos) pone tan nerviosa a la Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que hasta ha dejado de “twittear” durante las emisiones del programa. Su batería de micro comentarios, en simultáneo a la emisión del espacio mencionado, provocaba algo muy parecido a la vergüenza ajena. Aunque tarde, la jefa del Estado aceptó el consejo del “gordito golpista” como se conoce en tono burlón y se autodenomina irónico Lanata. “Cristina”, a esa hora, al menos en twitter, se queda muda. La viuda de Néstor Kirchner, en un intento desesperado por opacar a Lanata, periodista orquesta y showman efectivo, cambió el horario de los partidos de fútbol del domingo. La fórmula falló. Lanata sigue batiendo –tres semanas después de la medida- índices de audiencia por encima del fútbol. El éxito de PPP, se reduce a una ecuación tan sencilla como contar lo que pasa, ponerlo en imágenes, lograr testimonios, un poco de “buzoneo” y tener medios para poder difundirlo. Esto es, hacer periodismo. En Argentina el “invento” parece que sólo le funciona a Lanata pero la explicación es sencilla: “los otros” están distraídos o… no están. Política Tags corrupcióincrisitnadinerofernandezkirchnerlanatalázaro. baezpersonastratavalijas Comentarios Carmen de Carlos el 10 jun, 2013