ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs El talón de América por Carmen de Carlos

Cayó Madrid 2020, cayó Estambul y calló CFK

Carmen de Carlos el
Esta semana -y hoy en especial- el mundo, o buena parte de él, tuvo los ojos puestos en Buenos Aires. La capital argentina arropó al Comité Olímpico Internacional (COI), a las delegaciones de la fracasada Madrid 2020, a la de la victoriosa Tokio y a la finalista Estambul. El desembarco de “turistas” de “elite” fue de unas siete mil personas. Varios presidentes de Gobierno, representantes de una decena de casas reales, deportistas internacionales, empresarios, CEO de multinacionales y cerca de dos mil periodistas acreditados formaron parte del formidable cuadro que aún ofrece la capital argentina.
Las autoridades de la Capital Federal, con Mauricio Macri, su jefe de Gobierno al frente, -equivale a alcalde con más atribuciones-, estuvieron atentos a una cadena de actos que sólo pueden favorecer la imagen de la ciudad y del país. El Gobierno nacional que preside Cristina Fernández de Kirchner no hizo lo mismo.
Los “locales” estuvieron abiertos a todo. Como es de esperar en situaciones de esta naturaleza se dieron saludos de cortesía, palabras de bienvenida y una magnífica recepción para la apertura oficial de la 125 Asamblea del COI en el histórico Teatro Colón.
Entre príncipes y princesas, dinastías imperiales, hombres del poder económico y financiero, ministros con acento español, nipón o turco, el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, hacía amigos en el Colón y se colaba en el Hotel NH City donde se hospedó la candidatura española para estrecharle la mano al Príncipe. Leal hasta límites inverosímiles a la presidenta argentina, Scioli fue una excepción entre los “hombres” de Cristina Fernández de Kirchner que se animaron a salir en la foto de unos actos enmarcados en la administración de Macri, un político de corte conservador al que la viuda de Néstor Kirchner, como hiciera con el Papa cuando era arzobispo de Buenos Aires, ignora.
La presidenta de Argentina permaneció en Buenos Aires hasta el mediodía del martes (Don Felipe había llegado la víspera) que partió para la reunión del G-20. Cristina Fernández, entusiasta de las redes sociales donde “twittea” hasta de series de televisión, se fue a la francesa y no dijo una palabra de los actos oficiales y extraoficiales que rodearon la 125 Asamblea del COI. Tampoco se oyó a sus ministros celebrar la ventana al mundo que es hoy la capital de Argentina.
Lo más parecido a un reconocimiento de que Buenos Aires existe fue el saludo del vicepresidente Amado Boudou a Don Felipe en el Senado donde le entregó una camiseta de la selección argentina con el número 10 (Maradona) y su nombre impreso. El detalle, por cierto, es permeable a diversas lecturas.
En el encono de la presidenta de la Nación al jefe de Gobierno de Buenos Aires -o en los celos– quizás se encuentre parte de la explicación de la actitud de la jefa del Estado. Cristina Fernández, hasta el día de hoy, se ha negado a poner un pie en el coliseo que es orgullo de Argentina y del mundo, tras su formidable reforma.
El nombre de Colón le irrita tanto que hasta desmontó la estatua de la explanada de la Casa Rosada y la tiene tumbada (echándose la siesta dicen los porteños) para no verla.
Quizás sea eso o quizás, simplemente, le importé un bledo tanto presidente de fuera, ese exceso de ministros de otro lado o gente de sangre azul cuando la suya, muy a su pesar, es roja. Lo dicho, cayó Madrid 2020, cayó Estambul pero también calló Cristina Kirchner.
Política
Carmen de Carlos el

Entradas más recientes