Al intendente de San Isidro, que viene a ser algo así como el alcalde, no se le ha ocurrido mejor idea que levantar un muro en el barrio residencial de La Horqueta, en la periferia de la ciudad de Buenos Aires. El proyecto contempla la construcción de una tapia de 240 metros que ya tiene un buen tramo avanzado. El objetivo de la misma es dejar a un lado las casas de clase media y al otro las chabolas de los miserables.
Gustavo Posse, el intendente mencionado, justifica en los medios la muralla porque sin ésta, según él, los delincuentes aprovechan las calles o pasillos del barrio de La Horqueta para darse a la fuga después de sus asaltos.
La polémica está servida y no faltan las comparaciones con el de Estados Unidos con México o el de Brasil con Ciudad del Este en la triple frontera con Argentina y Paraguay. Veremos lo que dura.
El talón de América
por
Carmen de Carlos
Buenos Aires también tiene su muro de la verguenza
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