Carlos Menem vuelve, aunque nunca se fue. El ex presidente ha anunciado que se presentará como candidato a gobernador en la provincia de La Rioja y como aspirante, en condición de veterano, a la Presidencia en octubre. Si no puede ser Papa será monaguillo pero que va a misa, lo sabe el Señor.
Repsol-Ypf o Ypf-Repsol (según quién hable), se ha tropezado con la misma piedra dos veces en diez días. Anunció una subida de gasolina en Argentina y al día siguiente retiró lo dicho. El último jueves advirtió a los automovilistas que repostan en sus estaciones de servicio que no aceptaría más tarjetas de crédito o de débito. En menos de 24 horas dio marcha atrás… Premio para el que adivine el nombre de la piedra o pedrusco que hizo, con sólo una llamadita, que la empresa cambiara dos veces de opinión.
A Néstor Kirchner, a pesar de estar a medio gas, le fue a pedir de boca en Asunción (de Paraguay). En la Cumbre de Mercosur dijo, como dicen también Evo Morales y Rafael Correa, que las transnacionales (para los de la península y demás islas, multinacionales) tienen demasiados caprichos y como eso le toca las narices, advirtió: van agotando nuestra paciencia. Los del petróleo ya no saben si deben o les deben.
Los intendentes (alcaldes) de la provincia de Buenos Aires se han pasado tres pueblos. Con el voto pero-kirchnerista aprobaron una ley que les permite con sólo cotizar cuatro años, retirarse con una jubilación de privilegio a los 50. Como está vez la prensa tuvo reflejos, han anunciado que donde dije digo, digo Diego.
Hablando de Diego, el hombre otra vez panzón- la está gozando con la camiseta de la selección argentina en la Copa América. Como se juega en Venezuela, mejor lo pasa, aunque su debilidad sigue siendo Cuba. Como encima sus ex compañeros humillaron a los gringos como dice él- sobre el campo de juego, pues tan feliz. En los ratos libres la Brujita Verón confiesa que juegan al Truco, la versión criolla del mus.
Después del guiño a María Teresa (que de cartas sabe poco o nada), no pude por menos que levantar las cejas y sacar la lengua. Me confirma lo que me temía. Rafael Correa tiene demasiada prisa. Quiere cerrar el Congreso sin esperar si quiera a que se convoque la Asamblea Constituyente. Los 57 diputados comprados ahora, me cuenta ella, se hacen llamar de la dignidad. La popularidad de los políticos sigue en déficit y de Correa para abajo todo huele mal. El presidente sigue con el hacha de guerra desenterrada contra la prensa (como Kirchner y Chávez) y, como no hace honor a su apellido, no toleró a un espontáneo que le hizo un gesto obsceno en la calle. Resultado, le ha metido entre rejas.
En fin, como dice ella, que ve a Correa a todas horas te repito que no diré quién eres, quédate tranquila- una pena de país y encima, no tienen truco.