ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Cuentas conmigo por Yolanda Gómez

El palo y la zanahoria

Yolanda Gómez el

Está claro que Europa juega a la política del palo y la zanahoria con España. Tras los elogios por el fin del programa de ayuda a la banca española que la propia canciller, Angela Merkel, vende en el mundo como un éxito de sus políticas reformistas, llegan las exigencias de más ajustes.

A Merkel y a los dirigentes europeos les interesa que a España le vaya bien y que las políticas de austeridad y reformas que nos han exigido desde la UE den frutos. De este modo demostrarán que ellos tenían razón frente a las políticas expansivas que se propugnaron al otro lado del Atlántico. Pero hay muchos riesgos y el fundamental el creerse que las cosas ya están hechas y levantar el pie del acelerador de los ajustes y de las reformas.

Europa nos recuerda que el déficit cerrará este año, si se cumplen las previsiones, en el 6,5% del PIB. Ahora nos puede parecer poco porque hemos llegado a superar el 11% hace apenas tres años, pero son todavía más de 65.000 millones de euros. Este es el porcentaje de déficit que se encontró Aznar en 1996, y que tardó ocho años en corregir y eso teniendo en cuenta que ese periodo coincidió con una etapa de bonanza económica, de entrada masiva de inmigrantes, de rebaja de tipos de interés y de crecimientos medios del PIB del entorno del 4%. Por tanto, el camino que queda por recorrer para sanear las cuentas públicas todavía es duro. Es posible que los ingresos crezcan por la mera reactivación económica, pero que nadie dude de que eso no será suficiente para reducir el déficit hasta el 3% en 2016, como nos hemos comprometido.

Y lo mismo ocurre con las empresas. En las organizaciones empresariales empieza a temerse el fin de la moderación salarial. Empresarios y sindicatos tienen un acuerdo firmado hasta 2014, pero a partir de ahí, los sindicatos ya están advirtiendo que reclamarán subidas salariales. Y es lógico, siempre y cuando no se cometa el error de la crisis y de años anteriores. Las empresas que se hayan recuperado y que empiecen a tirar con fuerza podrán y deberán hacer partícipes a sus trabajadores de la mejora de la situación, pero a las que les cueste remontar no tendrán más remedio que mantener controlados sus costes salariales si quieren salir adelante. Ojalá hayamos aprendido la lección y en lugar de cifras generales para todos seamos capaces de adaptarnos a cada situación.

Otros temas
Yolanda Gómez el

Entradas más recientes