Yolanda Gómez el 13 sep, 2010 El Gobierno finalmente ha descartado crear un nuevo impuesto para los ricos. ¡Menos mal! Y no lo digo porque yo sea rica o porque me parezca mal que los que más tienen hagan un mayor esfuerzo y paguen más. Pero creánme, esta decisión nos puede ahorrar unos eurillos a usted y a mí, a los de siempre, a las clases medias. Y es que resulta que según los cálculos de los técnicos del Ministerio de Economía los gastos de gestión de crear un nuevo tributo para los riquísimos, serían mayores que la recaudación que generaría. O sea que, encima, hasta tendríamos que poner dinero los demás. Y finalmente, parece que por lo que se va a optar es por crear un nuevo tramo en el IRPF para los ciudadanos que ingresen más de 150.000 euros o, mejor dicho, por los que declaren esta cantidad. Bueno eso es lo que hay ahora encima de la mesa. Como siempre la decisión final la tendrá Zapatero porque ha sido él quien ha metido al Departamento de Elena Salgado en este berenjenal. Quería quedar bien con su electorado y solo se le ocurrió decir que iba a pedir más sacrificios a los que más tienen. Pero de nuevo la opción por la que se está optando –no sé si menos mala que otras- va a tener unas cuantas contraindicaciones. Primero, los destinatarios de este incremento fiscal son contribuyentes que tienen rentas altas, pero del trabajo. Es decir, investigadores, altos directivos o profesionales, deportistas de élite… contribuyentes en definitiva que tienen controladas sus rentas. ¿Es a estos a quienes Zapatero quiere pedir el esfuerzo? El problema es que algunas autonomías, con Cataluña a la cabeza, se han adelantado al Gobierno central y van a subir hasta cuatro puntos el impuestos. Sumando unos tipos y otros podríamos llegar o rozar el 50%. Llegar a pagar a Hacienda la mitad de lo que uno gana no sólo me parece una barbaridad, sino que incentiva el fraude, el cobro de dinero en negro, la creación e empresas para pagar menos, o la mera renuncia a trabajar más. No me parece una buena idea. Es una operación de maquillaje cuyo único fin es cumplir un compromiso de Zapatero, que no hará ningún bien ni a la economía española – no servirá para recaudar más e incentivará el fraude –. Al final, que nadie se engañe, es mejor tener impuestos más bajos que impulsen la actividad y que paguemos el mayor número de gente posible, a tener impuestos altísimos que paguen los cuatro que tienen controladas sus rentas mientras los que pueden y saben se escaquean. EconomÃa Comentarios Yolanda Gómez el 13 sep, 2010