La crisis no solo afecta al bolsillo. También deja su impronta en la personalidad en formación. En sociedades desestructuradas, con grandes desigualdades sociales, aumenta la incidencia del trastorno lÃmite, “el más angustioso de todos los que afectan a la personalidad”, como explicaba a ABC el psicólogo Peter Fonagy, jefe del departamento de PsicologÃa ClÃnica, Educativa y de la Salud del University College de Londres. Fonagy, que participó en el 16 Congreso Internacional de PsiquiatrÃa del Niño y del Adolescente que se celebró en Madrid en junio pasado, centra sus investigaciones en averiguar cómo la experiencia social temprana y el ambiente familiar influyen en el desarrollo de la personalidad.
En nuestro paÃs son frecuentes los casos de adolescentes llevados a la consulta del psiquiatra o psicólogo por sus padres, que detectan con preocupación autolesiones en sus hijos. En opinión de Fonagy, estas manifestaciones «son adaptaciones ante unos sentimientos que les sobrepasan y que les hacen sentir muy mal. No podemos hacernos una idea de la angustia que sufren estas personas», explica. El texto completo puede leerse aquÃ.
No solo el trastorno lÃmite encuentra un caldo de cultivo en sociedades con grandes diferencias entre clases sociales. Todos los trastornos de personalidad aumentan en esos contextos sociales caóticos, como advertÃa ya en 2011 a ABC a Otto Kernberg, director del Instituto de Trastornos de la Personalidad del Hospital Presbiteriano de Nueva York y profesor de las universidades de Cornell y Columbia, que aseguraba que ” el caos social facilita los trastornos de personalidad”.
En un contexto como el actual es interesante recordar la entrevista mantenida con el profesor Kernberg, que ha contribuido de forma fundamental al abordaje de los trastornos de personalidad desde el enfoque psicoanalÃtico, el que considera más efectivo para producir cambios globales en estos pacientes. En 2011 fue invitado por la Asociación PsicoanalÃtica de Madrid y el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús como ponente en las jornadas «Modelos de abordaje de la conflictividad adolescente».
-¿Cuál es la patologÃa más frecuente en adolescentes?
-Los trastornos de personalidad son el elemento clave de diversas patologÃas: conducta antisocial grave, adicciones a drogas o alcohol, tendencias crónicas de suicidio, autodestructivas y automutiladoras, conducta desorganizada, caótica en el plano sexual, fracaso escolar, depresiones crónicas de tipo caracteriológico. Todo esto son consecuencias de un trastorno grave de personalidad.
-¿Qué tienen en común estas patologÃas?
Lo esencial de estos trastornos es la difusión de identidad, un fallo en la visión integrada de uno mismo y de otras personas significativas. Hay una desconexión entre diversos estados de ánimo. La persona no puede predecir cómo se va a comportar y se siente como fragmentado en conductas contradictorias que no le permiten orientarse en la vida, saber qué es lo que quiere, comprometerse con el trabajo o las relaciones Ãntimas.Predispone a la incertidumbre crónica e impiden relacionarse con otras personas de forma apropiada.
-Eso suena a trastorno lÃmite de personalidad…
-El trastorno lÃmite es lo que se observa directamente, ladifusión de identidad es la problemática subyacente en la vida interna psicológica de estos pacientes.
-¿La prevalencia de este trastorno ha aumentado?
-No sabemos exactamente si la prevalencia está aumentando o no, porque por un lado estos trastornos graves dependen de importantes alteraciones familiares, y estas a su vez pueden estar influidos por situaciones sociales que se manifiestan en la siguiente generación. Es difÃcil relacionar directamente situación y trastorno de personalidad, si bien graves desorganizaciones sociales fomentan desorganización familiar y con ella surgen trastornos de personalidad. Y por otro lado, la pérdida de estructuras tradicionales, que crea caos social, permite ver más trastornos graves de personalidad, que bajo condiciones normales están más controlados por una estructura social estable. La adolescencia, con el establecimiento de grupos muy notoriamente homogéneos, donde todos se visten igual, tienen las mismas costumbres, los mismos gustos, trata de compensar los trastornos de personalidad. Pero se manifiestan cuando se deshacen estos grupos, a medida que la gente crece y encuentra pareja y trabajo. Mientras que la mayorÃa sigue adelante, en aquellos que tienen trastornos de personalidad se manifiestan al principio de la vida adulta. Los más graves ya se descompensan durante la adolescencia y ni siquiera las estructuras fijas de grupos adolescentes les permiten adaptarse bien.
-¿Cómo se abordan estos problemas en la adolescencia?
En general, el abordaje es psicoterapéutico, en todos los casos. El tratamiento farmacológico tiene sólo una función auxiliar. Los trastornos de personalidad no mejoran sólo con fármacos. Estos pueden ayudara disminuir sÃntomas secundarios, como depresiones o estados de pánico graves, y desde luego tienen una función cuando hay adicción a drogas o alcohol, pero sin psicoterapia los fármacos no hacen nada. Además, sólo un 30% de los pacientes responden a ellos.
-¿Qué terapia es más efectiva?
-Si están afectadas todas las áreas de la personalidad es preferible la psicodinámica. Para sÃntomas concretos, la cognitivo-conductual.
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