Todavía no ha nacido y ya nota el estrés de su madre. Lo demuestra tocándose repetidamente la cara con su mano izquierda, en un gesto que a algunos les podría sugerir preocupación. Sin embargo, ese gesto no es lo significativo en esa «foto» temprana. Y sí lo es, sin embargo, que la mano que lleva repetidamente a la cara sea la izquierda. Lejos de ser anecdótico, la lateralización, en este caso el uso de una u otra mano, es un indicador del correcto desarrollo del bebé en gestación. Hay estudios que relacionan la preferencia por la mano izquierda con trastornos del desarrollo como el autismo o la hiperactividad. Que el estrés materno afecta al cerebro del bebé no es nuevo, y esta investigación, publicada en la revista «Laterality», aporta ahora una prueba visual. La hormona del estrés, el cortisol, que le llega de su madre, modifica su comportamiento antes de nacer. Cosas del cerebro.
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