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Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

De amigos a rivales (5)

Emilio de Miguel Calabiael

Obama visitó Pekín en noviembre de 2009 y hubo buen rollito. Leyendo el comunicado conjunto de 17 de noviembre, uno saca la impresión de que ahí hay dos grandes potencias dispuestas a cooperar en los principales desafíos globales.

El buen rollito no se extendió mucho más allá del Año Nuevo. El 29 de enero de 2010 la Administración Obama anunció la venta de equipos militares avanzados a Taiwán por un importe de 6.400 millones de dólares. China reaccionó congelando la cooperación militar con EEUU. En marzo hubo otro desencuentro a propósito del hundimiento del Cheonan, un buque militar surcoreano, por Corea del Norte. EEUU dijo que la acción respondía a un patrón de conducta norcoreano temerario y provocador, al que había que dar una respuesta regional. China reaccionó protegiendo al régimen de Pyongyang. EEUU, por su parte, empezó a mostrar inquietud por las acciones de China en torno a las contestadas islas Spratley. Esa inquietud iba acompañada de la constatación de que China estaba modernizando su Armada.

Estos desencuentros llegaron a su culmen en el Diálogo Shangri-la que tuvo lugar en junio en Singapur. El Diálogo Shangri-la es el foro de seguridad más importante de Asia-Pacífico; lo organiza el Instituto Internacional para los Estudios Estratégicos de Londres. Asisten casi todos los Ministros de Defensa de la región. En esa edición el Ministro de Defensa norteamericano Robert Gates habló sin tapujos de los desencuentros habidos con China. La respuesta china, lejos de ser apaciguadora, fue beligerante, en un tono de “y tú más”. Sobre todo China acusó a EEUU de estar intentando cercarla.

En el Diálogo Shangri-la del año siguiente, aparte de la constatación de que las tensiones estaban creciendo en Asia-Pacífico, Robert Gates tuvo que defenderse de los comentarios de que EEUU estaba en un cierto declive. La contraparte de esos comentarios eran las afirmaciones chinas de que el aumento de sus capacidades militares en la región era bien intencionado y que su mayor deseo era contar con un entorno pacífico. Al final la gran cuestión del Diálogo de 2011 fue si EEUU se iba a retirar de Asia-Pacífico. Las seguridades que dió Gates no terminaron de convencer.

En noviembre de 2011 el presidente Obama anunció el giro hacia Asia (Pivot to Asia); como por casualidad, ése fue también el mes en el que EEUU entró en la Cumbre de Asia Oriental. La política pretendía detraer recursos de Oriente Medio y de Europa para destinarlos a los países de Asia Oriental y del Sudeste Asiático. En buena medida el giro respondía al deseo de frenar el ascenso de China y reforzar a aquellos países de la región que pudieran ejercer un cierto contrapeso. Pero también estaba la constatación de la importancia de Asia-Pacífico para EEUU y para el mundo, especialmente en el terreno económico. En un artículo que publicó Hillary Clinton en “Foreign Policy”, explicó los seis cursos de acción que EEUU perseguiría en su giro: 1) Reforzar las alianzas bilaterales de seguridad; 2) Profundizar las relaciones con las potencias en ascenso, incluida China; 3) Comprometerse con las instituciones regionales multilaterales; 4) Incrementar el comercio y las inversiones; 5) Tener una amplia presencia militar; 6) Promover la democracia y los Derechos Humanos.

Elementos clave en este giro eran el despliegue del 60% de la Armada y la Fuerza aérea norteamericanas en Asia-Pacífico y el Partenariado Transpacífico, un acuerdo comercial de nueva generación que era el pilar económico del giro y que dejaría fuera a China. Si China quería unirse tendría que aceptar las condiciones del Tratado, que en gran medida habían sido fijadas por EEUU. Otro elemento era aprovechar las disputas en las que estaba envuelta China para crear una brecha entre ella y otras potencias de la región. Un último elemento era continuar los contactos con China.

En general este período vio cómo EEUU se aproximaba a ASEAN y prestaba especial atención a sus aliados tradicionales en la región (Australia, Japón, Corea…). ¿Funcionó el giro hacia Asia? Sólo a medias. EEUU dedicó más atención y recursos a la región, pero no las suficientes. Tuvo demasiadas distracciones en ese período: la negociación del acuerdo nuclear con Irán, que luego deshizo Trump, la invasión rusa de Crimea, la guerra de Afganistán, que no mejoraba a pesar del incremento en los recursos dedicados… También influyó que Hillary Clinton que había hecho mucho por impulsar el giro dejó la Administración en 2013. John Kerry, su sucesor, volvió a la tradicional atención preferente hacia Oriente Medio.

Si EEUU se había mostrado más activa en Asia, China no se había quedado quieta en este período. En 2013 el presidente Xi Jinping lanzó la Iniciativa de la Franja y de la Ruta, que, entre otras cosas, fue una gran operación geopolítica que reforzó la estatura de China en el mundo. En diciembre de 2015 empezó a funcionar el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII). China a estas alturas del partido había comenzado a crear un ecosistema geopolítico y geoeconómico en el que ella llevaba la batuta. Aparte del golpe de efecto que supuso la creación del Banco en sí, un golpe de efecto adicional fue que estrechos aliados de EEUU, empezando por el Reino Unido, entraron en él a pesar de las admoniciones norteamericanas. Cuando tus propios aliados no atienden a tus requerimientos, algo está sucediendo.

 

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