Emilio de Miguel Calabia el 15 dic, 2022 Alan Lee era un rico chino-malayo. Tenía muchísimo éxito con las mujeres. El pequeño quid es que estaba casado. Aunque eso tampoco tenía tanta importancia. A su mujer, una antigua modelo bastante más joven que él, o bien la ignoraba, o bien la pegaba. No tenía escrúpulos. Era un cabrón con pintas. Estaba en pleno proceso de divorcio. Una noche, mientras hacía andando los cien últimos metros hacia su casa, alguien le salió al paso y le pegó un tiro en el pecho. Había tanta gente que le odiaba y que tenía motivos, que lo difícil es empezar a podar el árbol de sospechosos. Esta es la trama policiaca de “Un peculiar asesinato malayo” de la escritora malasia, afincada en Singapur, Shamini Flint, que acaba de publicar Editorial Amok. En ella hace su primera aparición el inspector Singh, un sikh iconoclasta, con exceso de peso, una visión cínica de la vida y que lanza unos ronquidos épicos cuando duerme (mira por donde tenemos algo en común). Comenzaré señalando los aciertos de Shamini como escritora de novelas policiacas. Desde Raymond Chandler, toda novela policiaca que se precie requiere un investigador idiosincrático, alguien que casi interese al lector tanto como el crimen en sí. También desde Raymond Chandler es necesario contar con un elenco de personajes mayores y menores que proporcionen un trasfondo psicológico a la novela. Shamini lo borda. Uno puede elegir entre Jasper Lee,- el hermano idealista y feo de Alan, que lleva toda la vida enamorado platónicamente de su cuñada-, Ravi,- el gigolo mestizo y sin escrúpulos, que encandiló a la esposa de Alan y al que sólo le interesan el sexo fácil y el dinero, el segundo más que el primero-, Mohammad, – el inspector de policía malasio, honesto y estricto que, sin embargo, está dispuesto a torcer las normas cuando la humanidad lo requiere-, Sharifah,- la joven hermosísima, ingenua y un poco casquivana, que al final se redime y muestra que es capaz de amar con sinceridad… Hay más, pero creo que con éstos se entiende lo que quería decir. Un tercer requerimiento de la novela policiaca moderna es un escenario interesante. Shamini ubica la acción en Kuala Lumpur y logra una descripción de ambientes maravillosa. Hasta aquí los aciertos. El fallo, el gran fallo, es que la investigación policial es insulsa. No pude apreciar en ningún lado la pericia, la astucia y la inteligencia del inspector… bueno, un poquito sí, pero si no llega a confesar el crimen el/la autor/a, yo creo que Singh seguiría en Kuala Lumpur investigando. ¿Eso quiere decir que no me ha gustado la novela? Esto es lo mejor de todo. Sí que me ha gustado, porque llegó un momento en el que dejó de importarme quién hubiera podido matar a Alan Lee. El trasfondo psicológico y las historias entrecruzadas son tan interesantes, que devoré la segunda parte del libro a toda velocidad, porque quería saber lo que ocurriría a continuación, no porque me interesara saber quién era el/la asesino/a. Resulta curioso como una novela policiaca fallida, puede sin embargo atraparte. Literatura Tags Ediciones AmokInspector SinghLiteratura singapureñaNovela policiacaShamini Flint Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 15 dic, 2022