Ludmila Vinogradoff el 24 abr, 2021 Nada funciona en Venezuela, ni teniendo dos gobiernos: uno de facto, mejor dicho, la dictadura encabezada por el usurpador Nicolás Maduro, y el otro legítimo y democrático, representado por el presidente interino, Juan Guaidó, también jefe del parlamento votado en los comicios del 2015. El país caribeño es el único caso en el mundo que tiene dos gobiernos antagónicos, disparejos y disfuncionales, que cohabitan internamente, se toleran mal mutuamente y se disputan la Presidencia de la República a la que Maduro se aferra a cal y canto y no termina de entregar. Juan Guaidó y Nicolás Maduro El conflicto de tener dos gobiernos es que paradójicamente ninguno de los dos gobierna ni tienen autoridad para resolver los problemas elementales por lo que prevalecen la anarquía y el caos. Es agotador para todos. Maduro lleva más de 8 años en el mando y Guaidó casi dos años y medio. Los dos son antagónicos y ninguno da su brazo a torcer. Y en el medio se encuentran 30 millones de venezolanos descontentos, de los cuales 5,5 millones han escapado sin mirar atrás por la miseria y la destrucción que ha provocado la dictadura, que se traduce en la terrible crisis por la falta de empleo, hiperinflación, escasez de alimentos, medicinas, salud y la caída de la economía. Ningún servicio público funciona. No hay seguridad, ni moneda nacional, ni electricidad, ni agua, ni gas, ni telefonía y lo peor es que tampoco hay gasolina ni diésel en el país de las mayores reservas petrolíferas del mundo. La destrucción de la red de acueductos ha obligado a la paupérrima clase media a perforar sus propios pozos de agua para subsanar la escasez del líquido. También a contratar proveedores privados para tener telefonía, internet y televisión satelital, pese a que los chinos manejan la Compañía Nacional de Teléfonos (CANTV) que ahora no funciona pero sigue cobrando el servicio. En la práctica Maduro no gobierna pese a tener el control institucional y ministerial. Tiene el monopolio de las armas y el poder de fuego de los militares y la policía. Tiene el apoyo y la lealtad de grupos armados y paramilitares integrados por los “colectivos”, guerrilla colombiana, delincuentes y pranes (jefes de las bandas criminales, que se burlan de los uniformados oficiales. También tiene el apoyo de países aliados como Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Irán y Turquía, además de un segmento de chavistas que viven de las dádivas, bolsas de alimentos CLAP, y la miseria de los carnets de la patria con los que ejerce el control social. ¿Y qué tanto tiene Guaidó que luce impotente para gobernar?. El único poder que tiene es el moral que le otorga el apoyo del pueblo venezolano (más del 80%) y el acceso a algunos activos y recursos económicos de la República que estaban en manos de los corruptos y que ahora se encuentran bajo el control de organizaciones internacionales. El presidente interino cuenta también con el apoyo y la solidaridad internacional de más de 50 países. Es el reconocimiento de una fuerza democrática colosal mundial que ya quisiera tener Maduro, quien en el fondo la envidia y la desprecia al mismo tiempo. Ninguno de los diálogos o acuerdos, unos cinco en total que se han intentado entre los dos gobiernos, ha llegado a buen término en los últimos tres años. Los cuatro primeros fueron mediados por Noruega, que fracasaron porque Maduro pateó la mesa de conversaciones. El último fue el acuerdo de la mesa de salud para contratar las vacunas anticovid, que Maduro también se negó a cumplir porque no le gustaba la vacuna Astrazeneca. Y sin embargo, los venezolanos se enferman sin remedios a la vista, el país va a la deriva, se cae en pedazos, donde reinan los pranes o jefes de las bandas de delincuentes como el Coqui de la Cota 905 o el Wilexis de Petare, que emboscan y tirotean a los policías a plena luz del día en las autopistas que atraviesan Caracas, bajo la mirada indiferente de Maduro. política Tags dos gobiernos.Juan Guaidónicolás maduro Comentarios Ludmila Vinogradoff el 24 abr, 2021