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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

La inscripción de los dos candidatos

Ludmila Vinogradoff el

Los analistas no paran de comparar la inscripción de los dos candidatos, que van a competir en los comicios del 7 de octubre,  realizada en la Plaza Caracas entre el 10 y el 11 pasado, entre el opositor Henrique Capriles Radonski y el presidente Hugo Chavez.

Hay mucha tela que cortar, especialmente acerca de las abundantes  incidencias que marcaron la diferencia tras los bastidores de la organización de los dos eventos. Esas son las que empiezan a emerger en los numerosos artículos que acaparan la atención de los medios impresos y digitales.

En primer lugar la financiación del acto de inscripción. La de Capriles fue el producto de la colaboración de los simpatizantes y de los  movimientos y organizaciones políticas  (en total 33 registradas) que apoyan su candidatura a través de la Mesa de la Unidad Democrática. El traslado de opositores desde el interior contó con el aporte gratuito de los dueños de los colectivos y el pago de gasolina por parte de los gobernadores.

Hay denuncias de empresarios e industriales que recibieron amenazas del oficialismo, en el sentido de que perderían sus contratos si colaboraban con la campaña de Capriles.

Mientras que la de Chávez, pues se pusieron a disposición todos los recursos del Estado y sus instituciones para financiar su acto de inscripción, violando la reglamentación del  Consejo Nacional Electoral. Tenemos prueba de los oficios que envió el partido de gobierno, PSUV,  a las instituciones, ministerios,  alcaldías y  gobernaciones para que enviaran su “contribución” con la inscripción del comandante.

La colaboración gubernamental consistió en “obligar” a los funcionarios públicos a ponerse la camiseta roja y asistir al acto de la inscripción. Muchos recibieron un pago de 800 bolívares (180 dólares) por cabeza por gritar “te amo mi comandante”. También el coste de refrescos, agua, refrigerios, afiches, papelitos, serpentinas rojas, muñecos gigantes inflables con la imagen de Chávez traídos de China.

Así quedó el muñeco después del acto.

Igual los equipos de sonido y pantallas gigantes que llenaron la Plaza Caracas. Pero lo que más llamó la atención fue el camión tipo carroza donde el mandatario recorrió la corta distancia entre el palacio de Miraflores y la sede del CNE y  la tarima especial que instalaron para su mitin donde habían colocado dos agarraderas para que se sostuviera en caso de sentirse debilitado, lo que demuestra que Chávez hizo grandes esfuerzos físicos para hablar durante tres horas.

En su cuenta de twitter, Capriles criticó: “ese candidato no camina, se le acabó la gasolina”, “?Desde cuándo un líder tiene que andar en una carroza comoen carnaval?”. También la parcialidad del CNE a favor de Chávez como la corrupción en el uso de los recursos del Estado para la financiación de su campaña.

El portal de Analítica.com compara: “Hace catorce años Chávez saltó de la nada a la gloria, Capriles empezó pasito a pasito a un cargo de compromiso, a una Alcaldía, a una Gobernación, a una candidatura presidencial. Ahora fíjense en los ojos de cada uno y sus miradas. Las de Chávez asientan aquí estoy mientras los párpados le van cerrando las que en un tiempo fueron miradas abiertas, las de Capriles indican fijamente voy por ti. Chávez se monta en un camión apretado entre su gente; Capriles  camina kilómetro tras kilómetro inmerso entre la gente de todas partes. Chávez mira desde arriba hacia abajo, Capriles camina paso a paso hacia arriba”.

 

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