Una vez más el presidente Hugo Chávez sale en defensa del terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias “Carlos” y “El Chacal”, sorprendiendo incluso a los propios chavistas al “ordenar” ayuda a quien ha reconocido públicamente que ha matado entre 1.500 y 2.000 personas en el centenar de atentados firmados y sellados con su puño y letra durante los años 70 y 80 en Europa.
“Horror, ahora Chávez apoya al Chacal, ¿qué nos quedará a nosotros?”, exclama Vilma Hernández, una ex chavista de 40 años, empleada de una ferretería, al señalar la generosidad con que el mandatario regala dinero público a manos llenas a sus amigos políticos, mientras escasean fondos para pagar a los trabajadores venezolanos.
Vilma escuchó con estupor las declaraciones de Chávez. “No me lo podía creer. Parece un loco. Se puede esperar de todo de un tipo así. Chávez defendiendo a un terrorista, qué mal ejemplo está dando a la juventud”.
Este lunes el mandatario declaró por la radio: “tenemos una responsabilidad sin complejos de ningún tipo. No podemos permitir que se atropelle a ningún venezolano. Tenemos que velar porque se le respeten sus derechos, porque es un venezolano”.
Pocas horas después los “caficultores”, los productores venezolanos de café, intentaron protestar en las puertas del palacio de Miraflores por la discriminación de la cual son objeto. El gobierno prefiere importar el café de Nicaragua más caro que el de los nacionales. Pero fueron recibidos con gases lacrimógenos y reprimidos gracias a la cortesía de las bombas de la Guardia Nacional.
“Con el riesgo de que se me diga lo que se me diga, no me importa. Independientemente de lo que acusen a Ilich Ramírez, venezolano, combatiente de la causa palestina, fue digno continuador de las más grandes luchas que desde aquí surgieron. Instruyo al Canciller Nicolás Maduro para que averigüe un poco más y asumamos la responsabilidad que nos toca como Gobierno venezolano”, ordenó Chávez.
Al Chacal, condenado a cadena perpetua en 1997 por haber asesinado a dos agentes policiales y un funcionario franceses en 1975, se le está juzgando esta semana por segunda vez en París por otros atentados.
“Estamos acostumbrados a las declaraciones impetuosas del señor Chávez” ha declarado hoy el ministro francés del Interior, Claude Guéant. “Francia trata a “Carlos” según las leyes francesas”.
La familia del Chacal en Caracas ha presionado con pintadas en los muros y pequeñas manifestaciones para pedir su extradición como si fuera un líder internacional lo que para la generación actual de venezolanos es prácticamente un desconocido y un extraño.
El terrorista confeso y convicto, de 62 años, que defendió el atentado contra las Torres del 11-S de Osama Bin Laden en la entrevista que publicó el diario El Universal, sueña con regresar algún día a su país natal para hacer “trabajo político” y usar las armas rusas que ha comprado Chávez contra sus enemigos, según aseguró en la entrevista que publicó este fin de semana el diario El Nacional.
En 1999 a poco de haber tomado posesión de su cargo, Chávez envió una carta al Chacal, que sorprendió internacionalmente. En Miraflores le preguntamos por qué razón había hecho eso. Nos dijo: “es que yo sé lo que es estar preso, por eso le escribí la carta de solidaridad”.
Doce años después la relación Chávez-Chacal vuelve a los titulares. El terrorista condenado en Francia le reclama una ayuda y le chantajea bajo el supuesto –difícil de verificar- que los “100.00 seguidores de Carlos “ habrían votado por Chávez para llevarlo al poder.
Si cada uno de sus “amigos fatales” le cobra la supuesta “ayudita “ electoral, a Chávez no le alcanzará el bolsillo o la chequera de todos los venezolanos para pagar a sus acreedores. Bien cara e inconveniente la ayuda, que la justicia francesa sabe bien cómo enfrentarla
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