La avena es un cereal que ha llegado para quedarse. Lejos queda aquella época en la que solo podíamos encontrarla en tiendas especializadas y en la actualidad no hay supermercado que no la tenga, no solo en su versión en copos, sino que también podemos encontrarla en forma de harina y formando parte de multitud de recetas de galletas, panes, preparados para desayuno, bebidas, yogures… Y qué decir de si buscas en Instagram: encontrarás una barbaridad de recetas que podemos realizar con ellas.
La avena tiene multitud de propiedades y beneficios para la salud que hacen de ella un alimento interesante para incluirlo en nuestra alimentación. En comparación con otros cereales podemos destacar su gran aporte en fibra y proteínas, lo que hace que sea un alimento muy saciante.
*Datos proporcionados por Bedca
Además también presenta una pequeña porción de grasas y es destacable su aporte en ácido fólico y minerales como el potasio y fósforo. En definitiva, es un alimento muy completo pero que quizás en alguna ocasión te haya sentado mal si la has consumido en crudo, pudiendo provocar: gases, distensión abdominal e incluso dolor de estómago.
¿Qué puedes hacer para que esto no ocurra?
En primer lugar, si eres novat@ y quieres introducirla en tu alimentación, lo mejor es hacerlo poco a poco para que no sea un sobretrabajo para las bacterias que residen en tu colón y de esta manera iremos asimilándola mejor por la gran cantidad de fibra que contiene. Otro consejo es consumirla cocinada, es decir en forma de gachas o porridge o en otras preparaciones que requieran un cocinado.
Y otro truco es simplemente remojarla- fermentarla durante la noche previa a su consumo. Verás que la situación cambia y ya no te sienta mal. De esta manera se irán desnaturalizando las proteínas y será más fácilmente digerible.
Por otra parte, la avena también tiene presente en su composición antinutrientes como el ácido fítico e inhibidores enzimáticos que pueden impedir la absorción de otros nutrientes, pero mediante la hidratación-fermentación y posterior cocinado podemos reducir su actividad.
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