Albedrío

Vivimos excepciones que empiezan a convertirse en normalidad. Excepciones democráticas. Preocupante. ¿Será esta la “nueva normalidad” que nos ofrece Pedro Sánchez? Arbitrariedad. Se suspenden los plazos de los canales de transparencia pública. También la Generalitat de Cataluña suspende los 30 días establecidos para responder a preguntas de los ciudadanos. Se ralentizan las tareas en las Cortes Generales. Los tribunales trabajan con más precariedad todavía. Decae el ordinario control de poderes, y entre poderes. Se acepta el confinamiento sin protestar. Y se cumple a rajatabla. Con brotes de sociedad vigilada por sus propios vecinos. Pero, sobre todo, se deja sin día unas elecciones (dos, en realidad) ya convocadas. En Galicia, Alberto Núñez Feijóo decide que devolverá las urnas “en el plazo más breve posible”. Peligroso precedente. Si la pandemia altera la democracia y uno de los pilares básicos de esta, ¿quién decide el límite de la alteración? ¿Donald Trump? No parece concluyente que las elecciones legislativas en Corea del Sur (15 de abril) y la primera ronda de las municipales en Francia (15 de marzo) supusieran un aumento del contagio del Covid-19. Cuidado con el silencio complaciente de la “nueva normalidad” pues ahora llega la crisis económica.