Eduardo Redondo.
La XXXV edición de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) forma ya parte de la memoria del campeonato después de que el pasado 1 de junio se celebrará la Jornada de Clausura en la que se dieron cita los 90 equipos premiados de fútbol sala, baloncesto y voleibol. El colegio la Merced de Tres Cantos acogió una gran fiesta del deporte escolar que contó con la presencia de más de 2000 personas entre jugadores, entrenadores, coordinadores, árbitros, patrocinadores y muchas personalidades que no se quisieron perder la cita.
El Departamento de Deporte Escolar y Valores, como no podía ser de otra manera, se volcó con la organización de esta gala, la cual inauguraron los alumnos de la Escuela de Artes del colegio anfitrión, quienes interpretaron una performance con músicos, cantantes y bailarín propios que no dejó indiferente a nadie. También actuó el dúo Acrolúa, quien realizó un espectacular número de acrobacia aérea con telas.
El Secretario Regional de ECM, Emilio Díaz, fue una de las personalidades invitadas y en su intervención destacó los valores que esta competición inculca a sus participantes: “Los Juegos Deportivos de ECM son la síntesis de lo que ofrecen nuestros colegios: esfuerzo, solidaridad, compañerismo, entrega, constancia, tesón… Por eso, quiero daros las gracias por apostar por los valores de nuestra escuela católica”.
Como ya es costumbre, el encargado de presentar el acto fue Javier Esteban, Director del Departamento, que también quiso valorar el trabajo realizado está campaña. “La temporada ha sido muy buena, porque aunque la cantidad de jugadores ha sido superior a 10.000, no hemos tenido ningún incidente que lamentar ni a nivel salud, ni a nivel disciplina, cuando este mismo fin de semana de nuestra Jornada de Clausura hemos podido presenciar una batalla campal en Cataluña en un partido de fútbol de aficionados”, explica.
Pero los buenos resultados no permiten descansar al equipo de Deporte Escolar que ya trabaja en la temporada 2024/2025. “El reto más complicado es el de la financiación. Los recursos lo facilitan todo, pero no pueden salir solo de los bolsillos de los participantes, lo ideal sería que hubiera más patrocinadores e instituciones públicas comprometidos con el deporte de base, pero al final es lo de siempre. Vivimos en la sociedad de la hipocresía y el postureo, donde todos quieren salir en la foto, pero luego, como dicen en mi pueblo, mucho lirili y poco lerele”, asegura.
En este sentido la organización de los Juegos Deportivos quiso agradecer a todos los patrocinadores su gran implicación y apoyo. El ámbito empresarial estuvo abanderado por McYadra, patrocinador principal de los Juegos Deportivos ECM y del trofeo Juego Limpio, que esta vez recayó en el equipo de fútbol sala infantil ‘A’ del colegio Calasancio, encabezado por su entrenador José Manuel Chamorro.
Este premio con una dotación económica de 1.600 euros en material de McYadra es uno de los más importantes, pues reconoce a equipos o personas que van más allá de la pura competición, anteponiendo otra serie de valores a los resultados. También quiere agradecer su compromiso a la editorial ANAYA; al diario ABC; al Banco de Santander; a Filling the Gap, la empresa que desarrolló y mantiene la aplicación del campeonato; a Randori Sport; a la dirección del colegio Nuestra Señora de la Merced; y a la empresa de catering ENASUI.
Pero sin duda, la personalidad más aclamada fue el ex jugador de baloncesto Felipe Reyes que causó furor entre los más pequeños por recibir las medallas de manos de todo un campeón del mundo que durante 23 temporada defendió las camisetas del Real Madrid y de la selección nacional. Además, todos los asistentes recibieron merchandaising para animar la fiesta en forma de pulseras, sombreros y un ticket de refresco. Sin olvidar que los más pequeños de cada disciplina y los ganadores del “Fair Play” tuvieron la suerte de recoger, junto a los trofeos, entradas para diferentes parques temáticos como son Zoo, Faunia, Parque Warner y Warner Beach.
Varios fueron los colegios que subieron al podio en más de una ocasión. Los equipos de voleibol de Santa Ana y San Rafael obtuvieron medalla en cuatro de las cinco categorías; el colegio Jesús María arrasó en fútbol sala con tres medallas de oro en alevín mixto, infantil y cadete masculino; mientras que San Patricio Serrano, BVM Irlandesas y El Prado se repartieron la mayoría de las medallas de baloncesto. Sin embargo, detrás de todos estos logros y reconocimientos se esconden muchas historias como la de Guillermo Alonso (Willy), entrenador del infantil ‘A’ de fútbol sala del colegio Asunción Cuestablanca (plata) y del prebenjamín ‘A’ de FEC Santa Joaquina Vedruna (bronce). Un entrenador, dos colegios y dos medallas tras superar una grave enfermedad que con apenas 20 años hizo peligrar su vida. El amor al deporte, a sus valores y la educación le hizo volver esta temporada mucho más fuerte.
“Más allá de las medallas, estoy muy contento con cómo ha ido la temporada. La anterior fue un poco complicada en todos los sentidos, pero este año lo hemos pasado muy bien. Esto es deporte escolar y lo que buscamos es educar y dejar huella en los niños a través del deporte. Si luego se consiguen títulos mucho mejor, pero ese no es el objetivo”, afirma Willy, un entrenador que jamás olvidará la XXXV edición de los Juegos Deportivos, ni todas las recuerdos que ECM le ha permitido vivir desde que empezó en la competición de niño. Unas vivencias que le dieron fuerza en los momentos más oscuros de las sesiones de quimioterapia. Vivencias que sólo conocen los que han participado en la competición más bonita de la Comunidad de Madrid.
En la canchaOtros temas