Esta píldora de fútbol sala ya es la que baja la curva, pues el pico de la curva, la dificultad mayor del reglamento, se encuentra en las reglas 12 y 13, las que tratan de faltas, conducta incorrecta y tiros libres. El tema será el del penalti, pero que como indica el título también se puede denominar penal y de hecho la denominación de la regla se ha modificado, ha quedado sin la palabra tiro, pues en el reglamento anterior su nombre era “El tiro penal”.
Dejando un lado ese pequeño aspecto formal, el cambio más importante sufrido por esta regla ha sido influido por el fútbol y para mí sin mucho sentido, luego explicaré el porqué de mi afirmación. La modificación consiste en que el portero antes de que el ejecutor golpee el balón solo tiene la obligación de mantener un pie en contacto con la línea de meta, sobre ella.
Esto quiere decir que podría adelantar el otro pie ganando espacio y tapando más portería, igual que en el fútbol 11, pero la diferencia y el error de aplicar esta norma, según mi criterio, es que un paso de casi un metro en fútbol ayuda un poquito, porque el punto de penalti está a 11 metros y la portería mide 7,32 metros, pero en futsal ayuda mucho al defensor (al equipo castigado con el penalti), ya que la distancia de la pena máxima se encuentra a 6 metros y el ancho de la meta es de 3 metros. Por ello creo que no es equiparable la normativa del fútbol a la del futsal en este aspecto.
Por otro lado, también la regla ha cambiado en relación a la duración de cada tiempo de juego, ya que solo se completará un lanzamiento de tiro penal en caso de que se hubiera sancionado antes de la bocina, es decir, que si el árbitro lo pitase sobre la bocina no habría opción al tiro.
Por el contrario, si el árbitro pitara antes de que suene la bocina, el lanzamiento habrá que ejecutarlo completamente, esperando a que concluya la acción, quedase una milésima, una centésima o un segundo para la conclusión del partido.
En cualquier caso, se considerará concluida la jugada cuando el balón deje de moverse o estar en juego, cuando se consiga gol, cuando lo toque cualquier jugador que no sea el portero defensor o cuando cualquier jugador del equipo lanzador cometa una infracción, porque si fuera un jugador del equipo defensor quien cometiera la infracción y por ella se fallase o detuviera el tiro, este deberá repetirse para no beneficiar al infractor.
Por último, como curiosidad, si al lanzar el penalti, bien durante el partido o como prolongación de este, el balón tocase uno o ambos postes, al portero y/o al larguero, en cualquier orden y número de repeticiones de la secuencia, y finalmente el balón entrara a gol, este sería válido.
Javier Esteban
En la cancha