Eduardo Redondo.
La XXXVI edición de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) cuenta esta temporada con diez colegios nuevos. Tres de ellos son Los Colegios “El Valle” con sus sedes de Valdebernardo, Sanchinarro y Las Tablas. Su club deportivo es el encargado de gestionar el día a día de las actividades extraescolares con Pedro Fernández y Fernando Vanvolsem a la cabeza, dos personas con amplia experiencia en el deporte base que han sabido trasmitir todo su conocimiento a un club muy joven. Creado en el año 1999, en muy poco tiempo ha experimentado un crecimiento exponencial. Javier Pulido de Gea es su presidente y en esta entrevista, junto a sus compañeros, nos habla del proyecto deportivo, de la filosofía del club y de cómo conjugar educación y deporte para llegar al más alto nivel.
Recién llegados a la competición, “El Valle” a desembarcado con un gran número de equipo esta temporada. “Este año hemos inscrito entre los tres colegios 18 equipos de fútbol sala y de baloncesto. Nosotros ofrecemos tres modalidades de competición en función del nivel. La idea que tenemos es ofrecer a todos nuestros alumnos la posibilidad de competir. A nivel de club, tenemos 58 equipos de futsal y 38 de baloncesto”, explican los coordinadores.
Pedro ha vivido desde pequeño ligado al fútbol sala y ha conseguido hacer de su pasión, su profesión. “Los colegios de “El Valle” son nuevos en la competición, pero yo he sido alumno del colegio Ciudad de los Muchachos y participé durante muchos años. Además, allí fui entrenador y coordinador de deportes, por lo que también conozco la parte organizativa. Desde mi propia experiencia propuse al colegio inscribir a nuestros equipos en esta competición porque creo que a nivel escolar es la mejor. Tiene una organización muy bien estructurada, para las familias es muy cómoda porque respeta el calendario escolar, los árbitros están bien formados y a nivel deportivo es perfecta. Desde mi posición, llevo varios años intentado que el colegio dé el paso. Además, me une buena relación con Javier Esteban (Director de los Juegos) y conozco su forma de trabajar. He vivido en primera persona el proceso de crecimiento de la institución y creo que a nivel escolar es la mejor competición”, asegura Pedro, responsable del área de futsal.
Varios son los motivos que han llevado al colegio a inscribir a sus equipos en los Juegos de ECM y que sus coordinadores destacan respecto a otras competiciones. Fernando llegó hace tres años al club, previo paso por varios centros emblemáticos de la competición como son los colegios Claret y Virgen de Atocha. “Entre las cosas que más valoramos de los Juegos son la comunicación bidireccional, la atención personalizada y el trato a los colegios. Sería muy difícil mejorar este servicio que creo que es fundamental para el desarrollo de la competición. Sin embargo, apoyaría la opinión de varios colegios que han solicitado comenzar la competición un par de semanas antes. A nosotros nos vendría mucho mejor. Otra iniciativa que destacaría son los videos de los lunes resolviendo dudas de la competición. Por poner un ejemplo, algo que han hecho en ECM y en Federación no, es un video explicando los cambios en el reglamento de fútbol sala antes del inicio de la competición”, destacan.
Uno de los pilares del club “El Valle” es la trasmisión de valores a través del deporte. “Los valores los tenemos que empezar a enseñar desde el deporte base. Es un tema básico y que yo creo que todos los colegios trabajamos. Sin embargo, creo que el problema que nos encontramos actualmente está en las gradas. Nosotros trimestralmente organizamos reuniones con las familias para tratar temas de mejora, pero queda mucho camino por recorrer. Además, nos gusta enseñar valores a nuestros alumnos que luego puedan aplicar en sus vidas: Trabajo en equipo, espíritu de superación, sacrificio, compromiso, etc. Nuestro proyecto deportivo se basa en la transmisión de valores a través del deporte y de la competición”, asegura Pedro.
Debido a que se trata de un colegio bastante joven, ninguno de sus coordinadores son antiguos alumnos y tampoco forman parte del claustro. Sin embargo, se sienten muy identificados con el espíritu que el centro quiere inculcar en sus alumnos. “Lo más importante es identificarte con el centro en el que estás más allá de que seas profesor o no. Pienso que el coordinador deportivo tiene que estar involucrado en el día a día del colegio y alineado con las ideas del centro o del club. En mi caso, hay muchas cosas que he implementado aquí y que yo aprendí en Ciudad de los Muchachos. Los Salesianos tenían varias premisas básicas que yo adquirí y que he querido trasmitir aquí. Aunque ninguno de los coordinadores pertenecemos al equipo docente, nuestra relación con los profesores es muy buena y la comunicación con los departamentos de Educación Física es diaria”, explica.
En cuanto al proyecto deportivo de los colegios “El Valle”, todos siguen una misma idea y línea de trabajo canalizada a través del club. “Para nosotros es vital formar, pero hacemos una división de equipos en función del nivel. Nosotros lo hacemos de esta manera porque entendemos que, realizando equipos con niveles homogéneos, los deportistas pueden progresar de manera conjunta y más rápido. Aunque siempre habrá quien diga que esto lo hacemos porque queremos ganar y los buenos van a un equipo y los no tan buenos a otro. Creo que es fundamental buscar una simbiosis entre educación, formación y deporte”, asevera.
“Por otro lado, todos nuestros entrenadores tienen desde el título de monitor, hasta los niveles más altos de futsal o baloncesto. Creo que un error que cometemos la mayoría de los clubes y colegios es que ponemos a los entrenadores mejor formados con los equipos de categorías superiores y a los novatos o recién llegados con las categorías de niños más pequeños, cuando debería de ser al contrario. Tendríamos que dar más importancia a los equipos de base que a los de mayores, pero las necesidades y los objetivos hacen que caigamos en este error común”, añade.
Conjugar deporte, educación y competición a veces resulta complicado, y más aún cuando se persiguen resultados en forma de medallas, títulos o ascensos. “El problema que encontramos en el deporte es que cuando metemos la palabra competición, nos olvidamos de la educación. Empezando por los entrenadores que son los primeros que trasmiten presión a los jugadores, exigen más de lo que deberían y estos a su vez lo trasmiten a las familias. Esto degenera en que un partido de fútbol que debería de ser un paso más en su educación o en su formación como persona, lo convertimos en la final de la Champions. Yo opino que la mayoría de los problemas que ocurren en el deporte base se acabaría si no hubiera público en las gradas”, concluye el responsable de fútbol sala.
Desde hace más de 20 años, Javier Pulido es el encargado de dirigir un club que el mismo considera un transatlántico. “El club nació en el año 1999 y yo llegué en 2003 con la idea de modificar el funcionamiento. La idea del club era crear una gran familia con entrenadores de la casa que fueran subiendo y que todos se sintieran parte de la familia. El problema surgió cuando se construyen los colegios de Sanchinarro y Las Tablas y pasamos de un pequeño club a un transatlántico. En este momento, nos propusimos incorporar directores deportivos para cada sección bajo mi tutela para volver a repetir el proceso. Buscar alumnos del centro que fueran jugadores y después entrenadores. Sin embargo, el tiempo nos volvió a atropellar con la posibilidad de subir un equipo juvenil a senior y llegar a 2º división. En natación nos pasó algo parecido teniendo campeones de España en todas las categorías menos en junior y absoluto y, los que lo fueron en benjamín, han llegado ahora a junior y absoluto. Ha sido una progresión muy rápida en 20 años, con un crecimiento exponencial imparable”, explica el presidente.
“El secreto para llevar este crecimiento es que nos hemos rodeado de un gran equipo de trabajo y de profesionales que han ido sacando las cosas adelante. Nuestra junta directiva esta formada por los directores de los colegios. La idea es seguir profesionalizando el deporte con equipos que participen a un alto nivel de competición. Necesitamos tradición y cultura deportiva”, añade.
En este punto, surge una pregunta: ¿Al profesionalizar tanto el deporte se puede perder la parte educativa del colegio?
Javier lo tiene claro: “Nuestro deporte es de competición, pero es educativo. No entiendo el deporte sin educación, ni un deporte sin enseñanza. Hablando de valores y de sacrificio, una cosa que siempre destacamos es que el 90% de los alumnos con mejores notas a nivel escolar son los que practican natación, que entrenan los siete días de la semana y son los que menos tiempo tienen. Esa parte educativa no la podemos olvidar porque si no nuestro trabajo no tiene sentido”.
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